Un hombre fue asesinado a palazos en la madrugada del 20 de julio, día festivo, en el Barrio Popular 1, de Medellín. Minutos antes una mujer gritaba que le habían robado el bolso, y un “justiciero” resolvió que el “ladrón” debía ser “castigado”. La víctima repetía insistentemente que él no había robado nada. Pero es que si, incluso, fuera él quien lo hubiera robado, son las autoridades quienes deben darle captura y proceder ante la justicia. No un vengador callejero con un palo o con lo que se tercie. Esto ni siquiera debe llamarse “justicia por propia mano”. Es un homicidio.
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