El segundo periódico más leído en Nicaragua, El Nuevo Diario, publicó el pasado viernes su última edición impresa y cerró también la digital. El régimen de Daniel Ortega impuso desde hace más de un año toda clase de talanqueras para la adquisición de los insumos necesarios para imprimir los diarios así como para funcionar por las redes.
Los nicaragüenses se ven privados de la pluralidad de los medios y del derecho a acceder a la información. Y se sienten muy solos ante la indiferencia de la comunidad internacional.