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Así se extinguieron 90 especies de anfibios

Le enfermedad que los diezma anda sin control por el mundo. Pueden venir nuevas extinciones. Esta es la historia.

  • La rana de ojos rojos Duellmanohyla soralia es una de las cientos de especies atacadas por el hongo y amenazada de extinción. Vive en Centroamérica. FOTO Jonathan E. Kolby
    La rana de ojos rojos Duellmanohyla soralia es una de las cientos de especies atacadas por el hongo y amenazada de extinción. Vive en Centroamérica. FOTO Jonathan E. Kolby
10 de abril de 2019
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Fue en los años 70 cuando comenzaron a desaparecer. Algo extraño sucedía en alejadas zonas de Australia y América Central.

¿Cambio climático? ¿Polución? ¿Radiación UV?

No se sabía pero poblaciones enteras de anfibios, principalmente ranas, comenzaron a reducirse y desaparecer.

Más y más casos se documentaban, pero no había respuestas claras.

En 1998 un científico en Australia, Lee Berger, encontró la razón del fenómeno: una enfermedad desconocida provocada por un hongo parásito que invade la piel de estos animales: quitridiomicosis.

¿Qué pasó desde entonces? En un estudio internacional publicado en marzo de este año en Science con 41 científicos de las Universidades Nacional de Australia y Melbourne y de muchas otras regiones, incluidos de Los Andes y el Instituto Humboldt en Colombia, reveló que esa enfermedad responde por la reducción de poblaciones en 501 especies de anfibios en todo el mundo, dentro de estas la desaparición de 90: se extinguieron ranas y también algunos sapos y hasta salamandras.

Un gran exterminio

Para Ben Scheele, uno de los líderes del estudio, esta representa “la pérdida de biodiversidad más grande atribuible a una enfermedad”.

Y el hongo Batrachochytrium dendrobatidis, la causa más común de aquella enfermedad, entre las especies invasivas más letales de las que se tenga conocimiento.

Entre las 501 que se han reducido, se confirmó la extinción, o se presume, de 90 y otras 124 han perdido más del 90 % de su población en ambientes donde antes eran abundantes.

Son las especies que se han estudiado, pero los investigadores creen que hay muchas otras no evaluadas (o desconocidas) que pueden haber sufrido las consecuencias de la enfermedad.

Fuera de B. dendrobatidis, también es transmitida por B. salamandrivorans, que ha infectado salamandras en Europa. El primero parece originario de Asia oriental.

Berger explicó que cuando la infección llega a una población de anfibios, sus efectos son devastadores desde ese momento.

¿Que es lo que hace?

El hongo, dijo el científico, invade la piel de los animales adultos y vive dentro de las células de la epidermis, alterando su función.

A diferencia de los mamíferos, “los anfibios absorben agua y electrolitos a través de su delgada y permeable piel, pero la quitridiomicosis inhibe el proceso. Las ranas pierden potasio y sodio hasta que sus niveles sanguíneos están muy bajos y sus corazones comienzan a funcionar mal. Entran en letargo y mueren”.

Algunas especies que toleran la infección se convierten en reservorios para el hongo, permitiendo que se disemine a nuevas áreas.

De las 501 especies estudiadas, 292 son sobrevivientes cuyas tendencias de población se conocen, de esas 232 no dan señales de recuperación.

Hasta ahora el hongo no ha sido controlado y sigue su avance silencioso y letal.

60
países tienen ahora el hongo B. dendrobatidis y sus anfibios están en declive

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