Cada día está más presente la Inteligencia Artificial (IA) en la vida de las personas. Desde los celulares, las redes sociales, hasta los electrodomésticos de las casas. Por este motivo, la Unesco ha establecido un marco ético y político regulatorio que ayude a garantizar la transparencia y la accesibilidad a los algoritmos en los que se basa la tecnología, pero también prevenir y evitar que se contravengan los derechos humanos, garantizar la igualdad de género, así como proteger la democracia y el medio ambiente.
Este marco fue aprobado por los 193 miembros de la Unesco, en su asamblea general N°41, la cual cerró el pasado miércoles 24 de noviembre. La directora general de esta organización, Audrey Azoulay manifestó que este documento “es un triunfo del multilateralismo” y también puso de manifiesto la dificultad para articularlo entre países con intereses tan diferentes.
Vale la pena resaltar que entre los firmantes se encuentran China e Irán, normalmente criticados por el control gubernamental de este tipo de tecnologías, mientras que Estados Unidos no lo hizo, por haber renunciado a la Unesco en protesta por la inclusión de Palestina.
Desde 2018 la Unesco venía con intención de regular la IA y en 2019 recibió la petición directa de los países miembros para que lo hiciera. “Nosotros fijamos el marco mundial y los Estados tendrán la responsabilidad de adaptarlo a sus legislaciones”, dijo la directora, quien además aseguró que se hará un seguimiento de la implementación.