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Diez, nueve, ocho... hasta uno, y desaparecía. Así empezaron los contenidos efímeros en Snapchat, la red social que le entregó a sus usuarios la opción de que chats, fotos y videos (historias) que publicaran se eliminaran en 24 horas o en el tiempo que cada uno decidiera, aparentemente sin dejar algún rastro.
Snapchat abría el camino a la era de lo efímero –contenidos con fecha de vencimiento– en las aplicaciones. Años después, otras redes y servicios de mensajería como Telegram, Instagram, Messenger y ahora WhatsApp han incluido la opción en sus plataformas.
El anuncio de WhatsApp llegó esta semana. La red de mensajería instantánea va a actualizarse pronto para darles a sus usuarios la opción de subir un nuevo estado diferente a los tradiciones –ocupado, en la escuela, en el trabajo, disponible– y que luce como las historias de Instagram y Snapchat. Este estará habilitado en la aplicación por 24 horas y, según comunicó la red en su blog, “estarán protegidos con el cifrado de extremo a extremo”.
La actualización se hará este 24 de febrero, día en el que el servicio de mensajería instantánea cumple ocho años de estar al aire, tiempo en el que ha sumado 1.200 millones de usuarios.
Lo efímero
En 2013 la revista Forbes lo llamaba contenido temporal, y se refería a él como el futuro del contenido en Internet. El lanzamiento de Snapchat fue para Forbes un guiño a esa idea de lo fugaz.
El MIT Technology también respaldó la red social, nombrándola como una de las 10 más innovadoras de 2013, argumentando las posibilidades de ofrecerle a sus usuarios más privacidad. Asimismo señalaron, que más allá del sexting (enviar y recibir fotos desnudo), la aplicación reflejaba el tiempo, la idea de los efímero, de lo que no se puede mantener, y eso, para ellos, llevaba la app a un terreno de las comunicaciones futuras. Y así fue, tanto Instagram (en 2016) y WhatsApp (2017), tomaron el mismo concepto y lo llevaron a sus plataformas.
Además, lo efímero también puede experimentarse en los chats. Primero Telegram y ahora Messenger de Facebook le dieron a sus usuarios el chance de enviar mensajes de texto e imágenes que desaparecen tan solo segundos después de enviarse, según lo determine cada persona. Esos chats, conocidos como secretos, usan cifrado, es decir, las aplicaciones aseguran que solo los usuarios que estén participando de la conversación tienen acceso a el chat, los audios, fotos o videos que se envíen. Adicionalmente, no dejan rastro en el servidor, impiden reenviar mensajes y tienen autodestrucción.
Para Santiago Villegas, gestor del conocimiento, la tendencia de los contenidos efímeros surge, entre otras causas, por las preocupaciones que genera la cantidad de información de cada usuario que circula en estas redes sociales. Además, nace de los debates sobre el derecho a la intimidad en Internet y, según el conocedor de temas digitales, fueron los más jóvenes los que valoraron esta tendencia y empezaron a adoptarla. Pero, para Villegas, ese no es el fondo, por lo menos, de la decisión que tomó WhatsApp de traerlos a su red.
Entre las posibles causas están hasta las jocosas. Instagram y WhatsApp pertenecen a Facebook, Mark Zuckerberg, creador de esa red social, las compró. Poner en ellas el formato de historias que se conoció primero en Snapchat podría ser un tipo de venganza de Zuckerberg por la negativa de Snapchat a ser comprada cuando Mark se los ofreció.
Sarita Palacio, estratega digital, resalta el camino de lo efímero que abrió Snapchat y que ahora las aplicaciones del grupo de Facebook decidieron implementar.
Que los usuarios aprovechen este tipo de contenidos, sobre todo las fotos y videos, es para Sarita una reacción a la cultura de lo prediseñado que proponían las redes sociales, mediante la posibilidad de editar, de mantener en el tiempo y de posar. Al contrario, dice ella, “los contenidos efímeros le permiten al usuario mostrarse tal como es, sin que quede marca o registro... Se desafía esa permanencia constante en las redes”.
Para Sarita que las redes den la opción de subir estos contenidos tiene relación también con el negocio y las posibilidades de ingreso que se puedan generar de esa manera. Sin embargo, destaca que también es importante verlo desde la perspectiva del usuario y sus desafíos: el de la permanencia y el de un contenido más natural.
Santiago también destaca las posibilidades de ingresos que ven las redes en estos formatos, de hecho, da ese como el principal motivo por el cual WhatsApp ahora permitirá las historias en su plataforma.
Snapchat ya dio el paso. Mientras un usuario está viendo las historias de sus contactos le aparece una publicidad eventualmente –en el formato, el de una historia– que la gente puede saltarse, pero ha sido hasta ahora una de las formas de monetizarse.
Con ese antecedente, Santiago Villegas no cree que la decisión de WhatsApp obedezca a las necesidades de sus usuarios, sino a la propia, a la de encontrar una manera de monetizarse, que hasta ahora no tiene.
“Que ellos incluyan las historias les permitirá poner en algún momento publicidad en medio de las publicaciones, esa sería una forma menos intrusiva de generar ingresos, comparada con incluir publicidad”, destacó Villegas.
Por ahora los usuarios solo disfrutarán creando y subiendo las historias como un estado, sobre la inclusión de publicidad, amanecerá y veremos.