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Un golpe de mano acaba de dar GM Colmotores en el territorio de los SUV compactos en Colombia, en el que prácticamente todas las marcas de volumen tienen un producto. Se trata de la introducción de la Chevrolet Tracker con el motor turbo, el cuál ofrece unas características prestacionales muy interesantes y un rediseño que le sienta bastante bien.
Presentada en el segundo semestre del año anterior en Colombia, esta es la segunda generación de un modelo que está en nuestro mercado desde 2013. Esta nueva carrocería llega desde la planta de General Motors en Brasil, donde se produce para toda Latinoamérica, y constituye un salto estético para este modelo que tiene origen en la subsidiaria del grupo en Corea del Sur, es decir, la antigua Daewoo, pero que ahora desarrollan en China bajo la plataforma Global Emerging Markets (GEM) de Saic.
A Colombia llegaron las variantes LS, LTZ y Premier, la más equipada, con un costo actual de $87.9 millones y la que tuvimos oportunidad de probar. Todas tienen la misma motorización, un tres cilindros de 1.2 litros con turbo de geometría variable que produce 132 caballos y 190 Nm de torque. La caja manual de cinco velocidades es exclusiva para la versión LS, mientras la automática, de seis marchas con modo manual, se encuentra en las LTZ y la Premier, que incluye además terminados externos en cromo y rines de 17 pulgadas en aluminio bitono. La tracción en todas las versiones es a las ruedas delanteras. Mide 4,27 metros de largo y pesa 1.277 kilogramos. La distancia entre ejes es de 2,57 metros.
El cambio de diseño trae modificaciones en los materiales y en la presentación de la cabina, no deja de ser sobrio y muy sencillo. No obstante, hay exceso de plásticos duros en la parte superior del tablero y en los costados, aunque las costuras a la vista elevan la sensación de calidad. El cuadro de instrumentos es análogo con pantalla central digital que muestra consumos y distancias. El volante, con regulación en altura y profundidad, tiene mandos para operar el audio, la telefonía y los limitadores de velocidad en la versión Premier.
La pantalla de infoentretenimiento tiene el sistema MyLink con el OnStar de conserjería, con un punto de conexión WiFi y es muy fácil de operar, de las más intuitivas del mercado. También incorpora una cámara para asistencia de estacionamiento en reversa.
Los asientos tienen un revestimiento de cuero sintético con costuras blancas. Están bien presentados, tienen reglaje manual y buen contorno para ajustarse al cuerpo. Atrás son amplios y con buen espacio para rodilla y cabeza. Hay ganchos para asientos de niños y la seguridad para los pasajeros incluye seis airbags, controles de estabilidad y tracción, alerta de colisión frontal con frenado de emergencia y sensor de puntos ciegos. También hay acceso y arranque sin llave, techo panorámico de cristal, climatización automática. El baúl es de 383 litros con base de doble altura.
Comportamiento
Lo más interesante de este nuevo motor de la Tracker es su comportamiento en bajas vueltas. Arranca y desarrolla muy bien su curva de potencia y su pequeño propulsor es despierto y vivaz hasta las 5.000 revoluciones. La caja maneja muy bien el régimen de aceleración y en general entrega la fuerza necesaria para cada situación en ciudad y carretera con cambios suaves y rápidos. Tiene un modo de manejo manual que funciona como bloqueador (lock) para que no se salten más allá de las 4.000 vueltas.
Una vez se adquiere una velocidad crucero en carretera la marcha es muy descansada porque es fácil conseguir la sexta velocidad en vías planas, lo cual redunda en un consumo más eficiente de carburante, en torno a los 37 kilómetros por galón en promedio.
Los frenos, en conjunto disco / tambor detienen bien la camioneta, aunque tiene un tacto de pedal algo esponjoso, con una sensación de que hay que dar más pedal de lo acostumbrado. La dirección con asistencia eléctrica es muy suave pero con sensaciones artificiales al operarla, lo bueno es que se va endureciendo en función de la velocidad, ofreciendo una muy conseguida dinámica de manejo. Las luces led son muy buenas en su función nocturna.
La suspensión, que se resiente con algunas asperezas del camino, es blanda, la carrocería se mece bastante, se sacrifica un poco el manejo “deportivo”, pero ello redunda en la comodidad de los pasajeros, que finalmente es la vocación de este carro.