Compartir la vida con un animal require meditar y pensarlo con cabeza fría. “Son seres vivos, sintientes. No racionalizan como nosotros, pero toman iniciativas, tienen gustos y se comportan diferente con cada persona de la familia”, afirma Sonia Calle, médica veterinaria holística y alternativa. Incluso, sugiere que si nunca se ha tenido un animal doméstico, el interesado debe investigar sobre la especie (felino o canino), su comportamiento y sus necesidades específicas.
Aconseja realizar voluntariados, visitar escuelas de perros y asesorarse con un veterinario. “Con la experiencia pueden desistir o cambiar de opinión y preferir adoptar en lugar de comprar”.
Además aún existen muchos prejuicios cómo pensar que todos los perros pequeños son perfectos para un apartamento y a veces “escogen un Beagle o un Schnauzer que necesitan mucha actividad física”, dice Laura Chía, cuidadora canina. También se cree que los gatos son muy independientes y en realidad se recomienda tenerlos en pareja para que se acompañen, tengan actividad física y así evitar la obesidad o cuadros de ansiedad o depresión.
Por ello es esencial contar con la asesoría de un veterinario y en muchos casos del médico de cabecera, especialmente cuando las personas presentan alergias respiratorias (niños o adultos) o dermatitis por contacto. Sin embargo, David Montoya de Petplus, recomienda adoptar a un perro que no sea “baboso”, más que un gato porque su pelo y saliva crean sensibilidades alérgicas.
Tener un perro o un gato durante el primer año de vida de un bebé habilita una socialización inmunológica. No obstante, es importante seguir recomendaciones cuando llega un bebé: “Definir los parámetros de interacción, cómo y dónde pueden estar y cuál es el lugar para compartir. Presentarle los olores de las pertenencias del bebé, que lo puedan ver”, recomienda Sonia Calle.
Los niños que crecen con un “peludo”, lo hacen respetando las diferentes formas de vida, son más inclusivos y empáticos. Se les facilita relacionarse porque son más extrovertidos y son capaces de alejarse de la pantalla para dedicarle tiempo de juego a su perro o a su gato.
Los beneficios de una animal doméstico no solo son para los niños. Personas nerviosas, ansiosas, con déficit de atención o aprendizaje y adultos mayores pueden mejorar sus estados de ánimo y procesos médicos. Las razas confiables, sociables, seguras y dóciles son las ideales.