Hasta agosto de este año iban 655 vehículos 100 % eléctricos comercializados en el país, un 20 % más que en 2020.
La tendencia es al alza y se espera que para finales de año sean más de un millar los modelos vendidos en Colombia. Probamos una de esas opciones: el Renault Zoe
Presente en Colombia desde 2018, acaba de sufrir una remodelación que le proporciona mayor autonomía y una presentación más cuidada en sus materiales interiores. También muestra algunos cambios estéticos.
El hatchback subcompacto Zoe llega con el apellido Z.E. 50 y en una versión denominada Zen, y en su tercera generación. Llegó este año a Colombia con una batería de 52 kWh, que le da mayor potencia sobre la de 40 que tenía el modelo anterior. También hay una mayor paleta de colores opcionales en su carrocería.
Esta versión viene con el punto de conexión para carga rápida con un puerto CCS Combo tipo 2 en el frontal, para corriente alterna (20 kWh) o directa (50 kWh) según la estación de carga. La marca dice que una carga completa puede hacerse con unos $30.000 de energía y que la autonomía puede superar los 390 kilómetros. En carga rápida puede recuperar 150 kms en 30 minutos.
El motor, que en un auto eléctrico se denomina unidad de potencia, es el R135, que ofrece una salida de 100 kW, equivalentes a 135 caballos de fuerza en un auto a gasolina. Otro cambio es que ahora cada rueda, con rines de 16”, tiene un freno de disco y las luces son full LED. El maletero acomoda 338 litros (1225 con las sillas traseras abatidas), pese a que la batería va ubicada en esta zona. No tiene ruedas de repuesto sino kit de reparación.
El interior tiene unas sillas delanteras tipo butaca, muy envolventes y ocupan mucho espacio visual para los pasajeros de la zona posterior. Muchos de los materiales utilizados para el habitáculo están hechos con elementos reciclados como textiles y fibras derivadas de botellas plásticas, que dan buena sensación de calidad. La pantalla flotante de información y entretenimiento es de siete pulgadas y el cluster de instrumentos digital muestra la información sobre consumos y ahorros.
Si bien la entrega del toque (245 Nm) es inmediata, el Zoe no es de los que sale disparado peligrosamente cuando se oprime el acelerador. Tiene una respuesta contundente, sí, pero más lineal y cómoda. El peso, de casi dos toneladas, lo lastra un poco. Alcanza 100 km/h en unos diez segundos y la velocidad está limitada a 140 km/h. Como dato curioso, a baja velocidad produce un sonido muy particular para advertir a los peatones de su presencia. El equipamiento de seguridad es abundante, con cuatro airbags, freno de mano eléctrico con función Auto Hold, controles de estabilidad y tracción, asistente de arranque en pendientes, luces altas y bajas automáticas, control crucero y limitador de velocidad, estos últimos, desde el volante.
Como la marcha es tan silenciosa la cabina está muy bien aislada del ruido. La barra de cambios, tipo e-Shifter, es de fácil operación, mientras que la función B-mood permite aumentar la intensidad de frenado regenerativo, de una forma tal que, si se aprende a usar el sistema con precisión, prácticamente no se vuelve a utilizar el pedal del freno.
La regeneración de energía es un punto fuerte de este carro, lo cual hace que la autonomía se pueda estirar bastante, incluso podría ser más de la que anuncia la ficha técnica si se sabe manejar de manera inteligente. Hicimos 300 kilómetros de prueba y aun quedaba el 23% de batería disponible
