La neuromodulación está abriendo una nueva era en el tratamiento de la epilepsia en Colombia, especialmente para los pacientes que no logran controlar sus crisis con medicamentos convencionales, pues la estimulación del nervio vago (VNS, por sus siglas en inglés) se consolida como una alternativa segura, mínimamente invasiva y eficaz, que no solo reduce la frecuencia de las crisis, sino que transforma la vida de quienes conviven con esta enfermedad neurológica crónica.
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Un avance importante, sobre todo si se tiene en cuenta que en el país, se estima que cerca de 300.000 personas padecen epilepsia, una condición que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, afecta a más de 50 millones de personas en todo el mundo.
Según cifras de la Academia Nacional de Medicina, la epilepsia afecta a 20 de cada 1.000 colombianos, en su mayoría adultos en edad productiva. Las crisis epilépticas, causadas por una actividad eléctrica anormal en el cerebro, alteran el movimiento, el comportamiento y la conciencia, con consecuencias que van desde lesiones graves hasta muerte súbita. Más allá de los síntomas físicos, la enfermedad tiene un alto costo emocional y social, interfiriendo en la educación, el empleo, las relaciones familiares y la estabilidad general del paciente y su entorno cercano.
Frente a la limitación de los medicamentos —ineficaces en al menos el 30 % de los casos— y ante las restricciones quirúrgicas para muchos pacientes, la tecnología VNS representa un verdadero avance médico. “La terapia VNS representa un avance significativo para aquellos pacientes que no responden a medicamentos y no son candidatos a cirugía. Esta tecnología actúa sobre uno de los nervios más importantes del cuerpo, el nervio vago, modulando la actividad cerebral y reduciendo las crisis de forma segura y eficaz”, afirma Carolina Molano, Field Clinical Manager de LivaNova, compañía líder en terapias para el sistema nervioso.