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Realidad virtual para no asustarse desde arriba

Este es el primer estudio de su tipo que ha encontrado un tratamiento psicológico para combatir el miedo a las alturas.

  • Una de las ventajas de este tratamiento es para aquellas personas que no se sienten cómodas con el cara a cara. No reemplaza, sin embargo, a los terapeutas. FOTO Cortesía estudio.
    Una de las ventajas de este tratamiento es para aquellas personas que no se sienten cómodas con el cara a cara. No reemplaza, sin embargo, a los terapeutas. FOTO Cortesía estudio.
  • Realidad virtual para no asustarse desde arriba
12 de julio de 2018
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Acrofobia es el temor angustioso e incontrolable a las alturas. Es la fobia más común: una de cada cinco personas dicen haberlo tenido durante su vida y una de cada 20 personas ha sido clínicamente diagnosticada con esta fobia. La buena noticia es para ellos.

Esos datos se citan en la investigación que se publicó este miércoles en la revista The Lancet Psychiatry y que muestra los resultados de un ensayo controlado y aleatorio dirigido por el profesor Daniel Freeman de la Universidad de Oxford. En él se reporta que la terapia psicológica entregada por un entrenador de realidad virtual (VR por sus siglas en inglés) puede ayudar a la recuperación de personas con este miedo diagnosticado.

Este es el primer estudio en utilizar la tecnología de realidad virtual como un tratamiento sin un terapeuta, lo que da luces sobre cómo se podrían ofrecer algunas intervenciones psicológicas en el futuro.

La investigación contó con 100 voluntarios. Sin embargo, los investigadores advierten que se necesita más trabajo para comprender cómo se aplicaría en otras afecciones, incluidos los trastornos de salud mental más severos, como la psicosis, en los que la terapia actualmente la realizan profesionales de salud mental experimentados.

En investigaciones previas, los individuos con miedo a las alturas usaban entrenamiento de realidad virtual en sesiones acompañados de un terapeuta. El estudio encontró que era tan efectivo como la exposición a las alturas en la vida real y que esa disminución de su temor duró al menos un año.

“Las terapias inmersivas de realidad virtual que no necesitan un terapeuta tienen el potencial de aumentar drásticamente el acceso a las intervenciones psicológicas”, dijo a EL COLOMBIANO el autor principal, el psicólogo Freeman.

Esto lo desarrolla más, a través de correo electrónico, Mark Hayward, director de la unidad de salud mental de la Universidad de Sussex del Reino Unido y quien no tiene relación con el estudio: “Si se pueden ofrecer tratamientos basados en la evidencia a través de un sistema de realidad virtual completamente automatizado sin la necesidad de la presencia de un terapeuta, muchos más pacientes podrían recibir tratamientos psicológicos. En mi opinión, la escala potencial del impacto positivo sobre los pacientes podría representar una transformación significativa”.

La investigación

En el estudio, a 49 personas con un diagnóstico clínico de miedo a las alturas que no recibían terapia psicológica se les administró el nuevo tratamiento automatizado y a 51 de los voluntarios, que conformaron el grupo de control, la atención habitual, que normalmente no es un tratamiento sino un acompañamiento sin regularidad ni control. En promedio, los participantes habían tenido miedo a las alturas durante 30 años.

Los participantes completaron cuestionarios sobre la gravedad de su miedo a las alturas al inicio del ensayo, al final del tratamiento (dos semanas después) y en el seguimiento después de cuatro semanas.

Quienes recibieron el tratamiento de realidad virtual tuvieron aproximadamente seis sesiones de 30 minutos durante dos semanas, donde llevaban un casco de realidad virtual.

En la primera sesión, los participantes discutieron su miedo a las alturas con el entrenador virtual, explicando qué causó su miedo (por ejemplo, miedo a caerse, a tirarse del edificio, al colapso de este), mientras el entrenador virtual les daba información básica sobre esta fobia.

Luego, los participantes ingresaron a un complejo de oficinas virtuales con diez pisos y un gran atrio, donde tomaron parte en actividades que desafiaron sus temores y los ayudaron a aprender que estaban más seguros de lo que pensaban. Comenzaron con tareas más simples, como mirar una barrera de seguridad que iba bajando gradualmente, y cumplieron tareas más difíciles, como caminar sobre una plataforma sobre una gran caída. Otras tareas incluían rescatar a un gato de un árbol, tocar un xilófono cerca de un borde y lanzar bolas sobre el borde de un descenso.

A lo largo de las actividades, el entrenador virtual ofreció ánimo, y luego explicó lo que el participante había aprendido y le preguntó si se sentía más seguro que antes. También alentó a probar alturas reales entre sesiones.

“Necesitamos un mayor número de terapeutas capacitados, no menos, pero para satisfacer la gran demanda de tratamiento de salud mental también requerimos poderosas soluciones tecnológicas. Como se ha visto en nuestro ensayo clínico, los tratamientos de realidad virtual tienen el potencial de ser efectivos, y más rápidos y más atractivos para muchos pacientes que las terapias tradicionales cara a cara”, agrega Freeman.

Al final y durante el seguimiento, los participantes del grupo de control calificaron su temor a las alturas como similar, nada cambió, mientras que los del grupo de realidad virtual calificaron que su miedo se había reducido.

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de cada 20 personas tiene una fobia a las alturas, clínicamente diagnosticada: investigador Daniel Freeman.

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