La nave tripulada rusa Soyuz MS-13 aterrizó este jueves sin contratiempos en la estepa de Kazajistán. A bordo de la cápsula de descenso regresaron a la Tierra desde la Estación Espacial Internacional (EEI) el cosmonauta ruso Alexandr Skvortsov, el astronauta italiano de la Agencia Espacial Europea (ESA) Luca Parmitano, y la estadounidense Christina Koch, quien batió el récord de permanencia de una mujer en el espacio.
La astronauta de la NASA permaneció 328 días en el espacio, con lo que batió el récord de permanencia interrumpida de una mujer en órbita que pertenecía a su compatriota Peggy Whiston.
No es el primer récord que rompe la astronauta, ya que en octubre llevó a cabo junto a su compañera Jessica Meir la primera caminata espacial de un equipo solo de mujeres, y que se prolongó durante más de 7 horas.
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La nave Soyuz tocó tierra a unos 150 kilómetros al sureste de la ciudad kazaja de Zhezkazgán, tal y como estaba previsto. El primero en abandonar la cápsula, tal como lo establece el protocolo, fue Skvortsov, en su condición de comandante de la nave.
Luego, sonriente y con los dos pulgares hacia arriba, Koch fue evacuada del módulo de descenso, que Parmitano abandonó en último lugar.
“El estado de la tripulación es satisfactorio”, dijo el director de Roscosmos (agencia espacial de Rusia), Dmitri Rogozin, minutos después del aterrizaje de la cápsula, que mientras descendía sufrió fuertes ráfagas de viento.
Skvortsov y Parmitano llegaron a la EEI a bordo de la Soyuz MS-13 el 21 de junio del año pasado, cuando Koch ya llevaba poco más de dos meses a bordo de la plataforma espacial.