<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Crece zozobra en urbanización de Robledo por envenenamiento de perros

En la urbanización El Cortijo se han registrado 12 intoxicaciones en lo que va del año. Estas han dejado cinco caninos muertos.

  • Rulho, sobreviviente de un envenenamiento en la unidad residencial de Robledo, custodia las cenizas de Cheché, su padre, quien falleció por la misma causa en agosto. FOTO edwin bustamante
    Rulho, sobreviviente de un envenenamiento en la unidad residencial de Robledo, custodia las cenizas de Cheché, su padre, quien falleció por la misma causa en agosto. FOTO edwin bustamante
13 de septiembre de 2021
bookmark

Ni la estilista de los perros y gatos de la unidad residencial El Cortijo, en Robledo, se salvó de afrontar un duelo. En una serie de envenenamientos, que tienen alarmados a los moradores de ese complejo de 22 torres, cayó Cheché, una de las cuatro mascotas de Katty Giraldo.

Hasta ayer, según sus cuentas, 12 caninos integraban la lista de intoxicados en lo que va del año. Cinco de ellos, sin embargo, no soportaron al ingerir matarratas y otro tipo de venenos. Rumbo a sus veterinarias, e incluso antes de salir de casa, murieron.

La partida de Cheché fue hace un mes, después de que su heredero, Rulho, sobreviviera a una intoxicación en junio pasado. Entonces, Katty invirtió casi $6 millones en la recuperación de Rulho, el cual, pese a pasar por cuidados intensivos y quedar con secuelas neurológicas, sobrevivió.

Pagar esa cuenta, dice Katty, hubiera sido imposible sin apoyo de los vecinos, quienes ayudaron a completar el dinero. En el caso de Cheché no valió remedio: el perro terminó en un cenicero, custodiado por su hijo Rulho, que sí logró sobrevivir (ver Fotografía).

Katty y su hija —quien estudió veterinaria e impulsó a su mamá a montar la peluquería— no esperaban que los animales que pasaron por sus manos terminaran muertos, y, mucho menos, que tendrían que custodiar a sus perros al pasearlos por la unidad, para evitar un envenenamiento.

Más afectados

La historia de Katty es repetitiva. El resto de propietarios de mascotas en El Cortijo, en el occidente de Medellín, sienten pavor cuando sus animales se acercan a las zonas verdes. Incluso hay zonas rojas, según Juan Carlos Villa, quien perdió a Locky, de cuatro meses, el miércoles pasado.

Los bloques 11, 12, 13, 14 y 15 son letales, según ellos, y hasta los niños pueden correr riesgos. La hija menor de Katty, que tiene cinco años, casi ingiere la pasta que encontró Rulho, cuando fue envenenado.

Hasta la semana pasada la situación era un secreto a voces, por el tamaño de la unidad, que suma 450 apartamentos. Se sabía de casos, pero parecían aislados, cuenta María Rivera, quien gestiona un registro de las mascotas intoxicadas, las que han muerto y de sus propietarios.

Ella dice que la intoxicación y muerte de Chanel, una perra embarazada, encendió las alarmas hace ocho días. Con Wilinton Bejarano, su propietario, emitieron una alerta por un grupo de WhatsApp integrado por inquilinos.

Eso, según María, fue lo mejor que se pudo hacer. La alerta desentrañó el número de envenenamientos y muertes que van este año, e hizo que los vecinos llamaran a las autoridades. Aunque la Fiscalía apenas hizo presencia esta semana, los habitantes de El Cortijo esperan que, por la intolerancia, su unidad no se convierta en un campo de duelos por la muerte de sus perros

5
perros han muerto este año por las intoxicaciones en esta unidad de Robledo.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD