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Un directivo de la Universidad de Antioquia reconoció que ordenó borrar mural de la memoria

La universidad se comprometió a resarcir el daño causado por arrasar la obra.

  • El mural no alcanzó a durar ni un mes antes de ser borrado. FOTO: CORTESÍA Y ESNEYDER GUTIÉRREZ
    El mural no alcanzó a durar ni un mes antes de ser borrado. FOTO: CORTESÍA Y ESNEYDER GUTIÉRREZ
28 de julio de 2022
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El bello mural grabado en el bloque 23 de la Universidad de Antioquia que recordaba los nombres de estudiantes y personas desaparecidas y asesinadas en el marco del conflicto y la violencia en el país, y honraba la lucha de sus familias por la búsqueda de la verdad, fue borrado de un tajo y pasó a ser una pared gris más por orden de un directivo que tras difundirse el hecho finalmente reconoció su responsabilidad.

Óscar Roldán Alzate, Jefe División Cultura y Patrimonio de la universidad, reconoció su error a través de un comunicado por la desaparición del mural y memorial En la UdeA también canta el Cirirí. “Reconozco públicamente el error, y hago manifiesto el firme propósito de hacer efectivo el compromiso de nuestra Alma Máter de ser agente salvaguarda de la expresión y el reconocimiento de la memoria y la verdad, así como del fortalecimiento de espacios para el encuentro social, humano y político”, escribió el directivo.

La idea de realizar el mural surgió en marzo, según cuenta Juan Mejía, estudiante de Historia de la Universidad, de quien provino la iniciativa. “Pensamos que muchas víctimas no figuraban en los murales. Queríamos hacer algo que abarcara diferentes épocas, personas y hechos victimizantes. Hicimos un rastreo. Lo pintamos estudiantes, víctimas y familiares de universitarios exiliados”, cuenta Juan Mejía.

Juan, cuyo hermano desapareció hace 20 años, a dos meses de la Operación Orión, no comprende qué sucedió. En el mural no se retrató ningún nombre relacionado con las personas que lo pintaron. Tampoco se propusieron señalamientos o responsabilidades. “Es una cosa que también le debería doler a la universidad. Que todavía tenemos desaparecidos. Que se nombre y se reconozca. Que nos preguntemos: ¿qué estamos haciendo en labores de búsqueda y reparación?”.

Roldán Alzate reconoció que el acto que ordenó causó dolor a las y los artífices de la pintura mural y memorial, y “especialmente, a las familias de las personas que en la obra habían sido reconocidas como víctimas de una tragedia nacional”.

El directivo recogió las palabras de la comisionada Lucía González en la columna que escribió el 2 de junio de 2021 a propósito de la censura que sufrió otro mural de la memoria, en la comuna 13, titulada “El muro blanco es solo un síntoma”, en la que González expresó que “la palabra, hecha grafiti, canción o cartel, es una expresión legítima. Es el derecho justo a levantar la voz, a decir lo que se siente y se reclama. Es el derecho a soñar que un mundo mejor es posible”.

En ese sentido, Roldán Alzate reiteró que “borrar el mural fue un acto sumamente equivocado, que no expresa una política universitaria de censura ni de desconocimiento del otro. La infortunada decisión no respondió a ninguna instrucción concertada con las directivas universitarias”.

Sobre las razones que esgrimió para ordenar la desaparición de la obra, Roldán señaló que “solo pretendió apresurada y erradamente preparar el espacio para una exposición en el Teatro Universitario Camilo Torres, asunto que claramente no fue dimensionado o reconocido adecuadamente por la jefatura de esta División, y que no se compadece con el llamado íntegro que hace la Universidad al reconocimiento de la memoria como sustento para afincar, sobre la base de un fatídico pasado, un mejor porvenir”.

Finalmente, el directivo agradeció a las profesoras Adriana González, Patricia Nieto, Sandra Arenas, al proyecto Hacemos Memoria y a los colectivos RAM y Movice por alzar la voz ante este atropello y les pidió seguir tejiendo “en su compañía un escenario donde la vida, la creatividad y la memoria se manifiesten e impongan sobre cualquier halo de negación o exclusión, y de esta manera formular nuestros votos más comprometidos de desagravio”.

Mientras piden que de las disculpas se pase a la acción y ofrezcan todas las garantías para recuperar el mural, Hacemos Memoria recordó en un extenso hilo los nombres de las personas cuya memoria se quiso honrar y que, por ahora, continúan borrados.

Fabiola Lalinde: madre de Luis Fernando Lalinde, asesinado y desaparecido por el Ejército Nacional en 1984. Doña Fabiola murió el 12 de marzo de 2022.

Rodrigo Guzmán: estudiante de Medicina de la UdeA. Fue asesinado el 16 de octubre de 1987.

Marina Ramírez: estudiante de Tecnología Química de la UdeA. Fue asesinada el 24 de noviembre de 1987.

Yowaldin Cardeño: estudiante del Liceo Antioqueño. Fue asesinado el 31 de julio de 1987.

Juan Manuel Jiménez, estudiante de Química Farmacéutica; y David Santiago Jaramillo Urrego, estudiante de Regencia de Farmacia de la Universidad de Antioquia, fueron asesinados en la Universidad el 8 de noviembre de 2001.

Francisco Gaviria: estudiante de Comunicación Social - Periodismo de la UdeA. Fue detenido el 10 de diciembre de 1987 y encontrado muerto al día siguiente, 11 de diciembre.

Edison Castaño: estudiante de Odontología de la Universidad de Antioquia y de Geología de la Universidad Nacional. Fue asesinado el 13 de junio de 1987.

Paula Andrea Ospina: estudiante de Ciencia Política de la Universidad Nacional, sede Medellín. Murió el 18 de febrero de 2005, tras un accidente con explosivos en la Universidad de Antioquia el 10 de febrero del mismo año.

Magaly Betancourt: estudiante de Ingeniería Física de la Universidad Nacional, sede Medellín. Murió el 18 de febrero de 2005, tras un accidente con explosivos en la Universidad de Antioquia el 10 de febrero del mismo año.

Gustavo Marulanda: era estudiante de Filosofía y líder estudiantil. Fue asesinado el 7 de agosto de 1999. Había denunciado amenazas de los paramilitares.

Luis Felipe Vélez: defensor de derechos humanos, profesor y presidente de la Asociación de Institutores de Antioquia (Adida). Fue asesinado el 25 de agosto de 1987.

Leonardo Betancur: tesorero del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en Antioquia (CPDH), profesor de la Universidad de Antioquia e integrante de la Asociación de Profesores (Asoprudea). Fue asesinado el 25 de agosto de 1987.

Héctor Abad Gómez: presidente del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en Antioquia (CPDH), profesor de la Universidad de Antioquia e integrante de la Asociación de Profesores (Asoprudea). Fue asesinado el 25 de agosto de 1987.

Pedro Luis Valencia Giraldo: médico y profesor de la Universidad de Antioquia; senador de la Unión Patriótica y defensor de derechos humanos. Fue asesinado el 14 de agosto de 1987.

Luis Fernando Vélez: profesor de Derecho de la UdeA. Fue asesinado el 17 de diciembre de 1987. Seis días antes, el 11 de diciembre, había asumido la presidencia del Comité Permanente por la Defensa de los Derechos Humanos en reemplazo de Héctor Abad Gómez.

Juan Camilo Agudelo: estudiante de Sociología de la Universidad de Antioquia. Murió por accidente con explosivos el 30 de octubre de 2013, en la Universidad Nacional, sede Medellín.

Julián Andrés Orrego: estudiante de Educación Física de la UdeA. Murió el 2 de diciembre de 2019, tras un accidente con explosivos.

Darío Garrido Ruiz: profesor en la Facultad de Odontología de la UdeA. Fue asesinado el 4 de julio de 1987 en Urrao, Antioquia.

Carlos López Bedoya: profesor de Antropología en la UdeA. Fue asesinado el 4 de agosto de 1987, en una cafetería frente a la Universidad.

Hugo Ángel Jaramillo: propietario de la cafetería de la Facultad de Derecho de la Universidad de Antioquia. Fue asesinado por un encapuchado el 6 de agosto de 1999, dentro del campus universitario.

Campo Elías Galindo: profesor jubilado de la Universidad Nacional. Fue asesinado el 28 de septiembre de 2020.

José Ignacio Londoño Uribe: estudiante de último semestre de Comunicación Social – Periodismo de la UdeA. Fue asesinado el 1 de agosto de 1987.

Orlando Castañeda: estudiante de Medicina de la UdeA. Fue asesinado el 23 de octubre de 1987.

Hugo López Barrero: estudiante de Ingeniería de la Universidad Nacional, sede Bogotá. Fue asesinado en 1982.

José Abad Sánchez: estudiante de sexto semestre de Medicina Veterinaria en la Universidad de Antioquia. Fue asesinado el 14 de julio de 1987.

José Mejía: estudiante de Economía de la Universidad de Antioquia, desaparecido el 8 de febrero de 1986. Era líder estudiantil e integrante de los movimientos Camilo Torres y Pan y Libertad.

Eduardo Umaña Mendoza: abogado y penalista bogotano, reconocido por su defensa de los derechos humanos. Fue asesinado el 18 de abril de 1998.

Stefany Orrego Bedoya: estudiante de Química de la UdeA. Murió el 8 de junio de 2022, tras un accidente con explosivos.

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