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En Moravia se resisten a abandonar El Oasis
Algunas víctimas del incendio armaron cambuches debajo de un puente. Autoridades avanzan en el censo para verificar a los verdaderos afectados.
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Con pancartas y un megáfono, habitantes de Moravia, nororiente de Medellín, reclaman viviendas dignas. Algunos damnificados duermen en cambuches debajo del puente. FOTOS DONALDO ZULUAGA -
21 de agosto de 2017
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Sobre los restos de carbón y los escombros de los que antes fueran sus hogares, las familias damnificadas por el incendio del pasado 18 de agosto, en el sector El Oasis del barrio Moravia, se niegan a abandonar la zona.
“No queremos arriendo temporal”, alegan mientras el tráfico pasa lentamente por la autopista viendo con asombro la magnitud de la tragedia. “El Oasis no se rinde, carajo”, gritan algunos líderes que señalan a las autoridades por pactos incumplidos.
Según el último reporte oficial, hay 1.109 personas damnificadas, 585 adultos y 524 menores de edad.
En la institución educativa El Bosque se instaló un albergue, en el cual permanecen 331 personas, 263 familias han sido acogidas por parientes o amigos, y las restantes han montado sus cambuches bajo el puente de Moravia.
La Alcaldía hace presencia constante en el lugar, en trabajo articulado de varias de sus dependencias, y señala que ha ofrecido garantías a las víctimas, pero que hay personas ajenas a la zona que buscan sacar provecho de la tragedia.
“No se ven las ayudas”
Mary Morales aguarda sentada en unas escaleras de madera, al borde la autopista, para que le respondan dónde están las ayudas que la ciudadanía estaría enviando a través de la Cruz Roja, o de las contribuciones económicas a través de una cuenta a nombre de la Corporación Antioquia Presente.
“Quieren limpiar el terreno y nos dicen que acá no van a dejar construir de nuevo, que nos van a llevar a un albergue en el que no alcanzamos todos los que quedamos sin hogar”, explicó Mary.
Dice que muchos se quedarán en el lugar hasta que les brinden una solución, porque la promesa de la Alcaldía de los tres meses de arriendo, hasta ahora, se ha quedado en palabras.
“No tenemos fiadores, quedamos en la calle, así nos den apoyo por tres meses, ¿quién nos va a arrendar algo sin garantía?”, expresó Carlos Arturo Ochoa, quien dejó a sus tres hijas a cargo de una profesora en un hogar infantil, para evitar que tuvieran que dormir junto a él y su esposa en colchonetas a la intemperie.
Las personas que decidieron quedarse junto a la zona que se consumió por las llamas señalan que la Policía incluso impide que ciudadanos voluntarios que pasan por la autopista entreguen ayudas a la comunidad.
Presencia institucional
Sin embargo, José Nicolás Duque, secretario de Gestión y Control Territorial de Medellín, afirmó que en el albergue la asistencia ha sido permanente, y que a pesar de la insistencia en que los damnificados se desplacen hacia ese lugar, algunos se han opuesto tajantemente.
Por su parte el director del Dagrd, Camilo Zapata, señaló que no van a descansar hasta atender a toda la población afectada para continuar con los demás procesos.
“El 31 % de las personas censadas en un comienzo no hace parte de los habitantes que vivían en El Oasis. Las ayudas solo se han entregado a quienes han sido verificadas”, manifestó Zapata.
La Cruz Roja ha recolectado 3,7 toneladas de donación en especie, y está abierta a recibir contribuciones en su sede en Guayabal (carrera 50 No. 25-245). La entidad informó que se requieren con prioridad pañales y leche en polvo para lactantes.
De igual manera, se abrió la cuenta de ahorros de Bancolombia número 100 150008-46 a nombre de Cruz Roja Colombiana Seccional Antioquia, y la cuenta corriente de Bancolombia número 003 666 666-61, a nombre de Antioquia Presente, para recibir los aportes de la ciudadanía.
Por otro lado, el Inder ha reforzado su programa de recreación para atender a la población infantil y alejarla del ruido de la tragedia.
Ivonne Acosta, guía de parques del Inder, está a cargo de más de 65 niños, hijos de las víctimas, que llegan a distraerse con actividades lúdicas.
“Es nuestra manera de contribuir a que los niños despejen su mente y puedan divertirse”, dijo Acosta.
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