Pantanos. Simples fangos, inservibles y resguardo de caimanes. Así son vistos por muchas personas los humedales y ciénagas, aquellos que hoy son la esperanza para menguar los desastres que trae la sequía a decenas de pueblos.
Dos autoridades ambientales de Antioquia se dieron cuenta de su importancia: Cornare y Corantioquia. Ellos, junto a Ecopetrol y las comunidades ribereñas del río Magdalena, se propusieron recuperarlos, rescatarlos como fuente natural y parte de un ecosistema indispensable en la subsistencia del ser humano y de miles de animales.
Son no menos de 78.000 hectáreas de humedales en Antioquia. La mayoría carcomidos por la maleza, la yerba y la inclemencia del hombre que los ha querido desaparecer para implantar tierra firme que permita la crianza de ganado.
Inicialmente, la misión de salvarlos se concentró en el Magdalena Medio antioqueño, básicamente en los municipios de Puerto Nare, Yondó y Puerto Triunfo.
En cinco meses de arduo trabajo, los expertos, apoyados por cientos de pescadores, agricultores y más de siete organizaciones, dos universidades y el zoológico Santa Fe, recuperaron 120 hectáreas de espejos de agua, 23 humedales intervenidos y 70 hectáreas de rastrojos enriquecidos con especies de flora nativa y 500.000 alevinos sembrados, así como la protección de una especie de tortuga de la zona.
La labor consistió en la remoción de material vegetal que obstaculizaba el flujo y no permitía la oxigenación de las aguas. Buscaba acabar la sedimentación de los humedales y posibilitar la continuidad del ciclo hidrológico.
Se regulan ante escasez
El humedal se forma cuando los ríos, en su proceso de evolución, van creando meandros (pequeño lago en forma de U) tan fuertes que después se separan del caudal principal río.
Estos meandros no solo se abastecen del río principal sino que muchas veces llegan a otras fuentes.
La importancia de estos recursos naturales, según Alejandro González, director de Corantioquia, es su capacidad de autorregularse ante las adversidades del clima.
“Cuando llueve mucho, los humedales se llenan y después en la sequía van soltando agua. ¿Dónde ha habido mayor disminución de caudales? En la zona antes de llegar a los humedales del río Magdalena, en Tolima, Huila. Cuando llega a Antioquia y parte de Santander, vuelve y recarga”, anota.
González, resalta que, precisamente, lo más valioso es que los humedales les siguen dando peces a la gente, mientras que en el Magdalena, por los bajos niveles debido al Fenómeno del Niño, es difícil que un pez sobreviva, y es bien complejo pescar.
“Muchas especies van subiendo a los humedales o llegan a ellos en búsqueda de alimentación”, considera.
Corantioquia tiene en su jurisdicción humedales, principalmente en el Magdalena Medio y el Bajo Cauca. Todos han sido impactados por el Fenómeno del Niño, pero no padecen la realidad crítica que sí tienen los ríos.
“Aún, en estos momentos de sequía, cuentan con reservas de agua”, exclamó González, en tanto añadió que el trabajo que vienen realizando ha hecho que en estas zonas, la crisis por la sequía, especialmente para los pescadores, no sea tan dramática como lo sería si dependieran directamente del río Magdalena.
Serán área protegidas
Otro de los propósitos, clave en la preservación de los humedales y espejos de agua, es la declaratoria de área de recreación que ya hace trámite para estos recursos naturales.
González confía que la declaratoria, que espera llegue en dos meses, blinde a los humedales de toda la cuenca de Cimitarra, Cocorná Sur y Río Claro, y en Yondó, uno de los más grandes e importantes, el de la ciénaga Barbacoas, de 32.000 hectáreas.
“Es un inicio. Los complejos de humedales son mucho más grandes, pero es la primera vez que declararíamos una ciénaga porque es un espejo de agua”, apunta.
El proyecto de recuperación de los humedales también comprendió la liberación de peces en esos lugares.
La intención de los expertos que realizaron el trabajo de campo es que con esos peces en la cadena alimenticia se proporcionara alimento a aves y mamíferos.
“Cuando se afecta la disminución de caudales hay una alteración en toda la cadena alimenticia. Por eso son importantes los repoblamientos, y al nosotros hacer liberaciones de bocachico, se desencadena un efecto positivo en la cadena alimenticia del ecosistema”, explica González.
Un componente más del programa, es la búsqueda de los dueños de las tierras para establecer compromisos.
Según González, buena parte de los propietarios de los predios ni siquiera viven en Antioquia, son grandes extensiones de tierra dedicadas a ganadería.
“Empezamos a hacer acuerdos para que ellos vayan alejando el ganado del espejo de agua. Pero ahora, necesitamos un adicional para que lo hagan de los afluentes, de los humedales y para que podamos darle mayor sostenibilidad a estos ecosistemas”, estabablece.
Comunidad activa
La ejecución del programa, también incluyó la recuperación de la tortuga de río (154 tortugas de río liberadas) y la realización de 80 talleres presenciales como parte de la capacitación en temas ambientales.
Además, cientos de habitantes de los municipios del área de influencia jugaron un papel determinante en el proyecto.
Katerine Vásquez, de Yondó, fue una de las líderes activas en la limpieza de los recursos naturales. Venía trabajando de tiempo atrás en programas ambientales y, esta vez, emprendió la cruzada por la recuperación de un humedal en el corregimiento San Miguel del Tigre, en su municipio.
Acompañada por 150 miembros de su comunidad y cinco expertos, con quienes también realizó labores de mantenimiento en la vereda El Totumo, reforestaron y liberaron animales.
Asegura que los campesinos que trabajaron con ella, pescadores y agricultores, manejaban los motores utilizados para remolcar, y acompañaron la liberación, así como la identificación del material vegetal que se debía sacar y el que servía a los animales.
“Donde trabajamos, San Miguel del Tigre, la fuente hídrica es grande. Son siete ciénagas conectadas por el Caño Colector. La mayoría de la gente vive de la pesca y, por eso, hay que cuidarlo, porque de allí depende el futuro, el aire, la pesca”, asevera.
Contra cambio climático
Una preocupación tiene en común directivas de la autoridad ambiental Cornare y la empresa Ecopetrol: el cambio climático.
La compañía petrolera, invirtió en el proyecto 2.100 millones de pesos, y confirma que el Fenómeno del Niño ha afectando labor de su empresa debido a las dificultades para navegar por el río Magdalena.
Jorge Alberto Rodríguez, jefe de la unidad ambiental de la empresa Ecopetrol, confiesa que la operación de la empresa tiene riesgo, pero asegura que trabajan para no tener incidentes.
“La gente conoce las voladuras de oleoductos y cómo afecta estas zonas”, explica, en tanto aclara que la oferta de agua implica bosques, biodiversidad, seguridad alimentaria.
Para David Echeverri, biólogo de Cornare, el cuidado de las ciénagas y los humedales representa una medida trascendental contra el cambio climático.
“La importancia de estos ecosistemas no radica solo en que sean la salacuna de los peces. Ellos entran a crecer y a reproducirse, sino que agremian una gran cantidad de animales, llegan aves migratorias, mamíferos a beber agua, pero sobre todo sirven como medida de mitigación al cambio climático”, agrega.
Sequía sigue preocupando
Con angustia, y clamando por consciencia, Vásquez revela las dificultades que su comunidad, en el municipio de Yondó, está teniendo para transportarse por medios fluviales, como es la costumbre.
Lamenta que el río Cimitarra está seco y los habitantes de varias veredas están teniendo que transportarse por trocha hacia la cabecera municipal.
“En este momento no podemos salir de las veredas al pueblo por el río y eso afecta la economía de la gente”, enfatiza la mujer.
Vásquez, sin embargo, como González y Echeverri celebran el estado actual de las ciénagas y los humedales.
Ahora pueden pescar y el calor ha bajado. Además, afirma, que hay más conciencia de la población en el cuidado del ecosistema.
“Las ciénagas están bien gracias a la recuperación. Hemos sacado la vegetación y ahora hay peces y se más el espacio”, concluye Katerin Vásquez, de Yondó.
80
mil hectáreas de humedales y ciénagas hay en jurisdicción de Cornare y Corantioquia.