Uno de los carriles del puente de Punto Cero fue cerrado ayer por casi cuatro horas debido a una intervención de la plomada que allí fue instalada hace 20 años. El desprendimiento de parte de su material durante los últimos días alertó a conductores y autoridades, por lo que se vienen adelantando labores de mantenimiento que, según conoció este diario, podrían resultar en el desmonte de la icónica obra.
Aunque al cierre de esta edición la Alcaldía no había precisado el porqué de la inspección, un equipo de este diario conoció que en la zona hicieron presencia ingenieros de la Secretaría de Infraestructura, una máquina del cuerpo de bomberos y las autoridades de tránsito. Para el procedimiento, uno de los carriles del puente fue sellado, por lo que la operación vial se vio afectada. La zona es conexión entre las autopistas Norte y Sur.
Mientras que la máquina de bomberos desplegaba sus escaleras hacia lo alto, algunos funcionarios explicaron que el personal estaba analizando el estado de los amarres de la plomada, que tiene seis metros de largo, dos de ancho y 800 kilos de peso. El operativo de prevención del riesgo se dio luego de que esta semana varios conductores alertaran sobre un leve desprendimiento en la estructura, hecho que fue informado por este diario.
De hecho, las labores se concentraron en ese frente. Diminutos, ante la imponencia de la obra, se vieron a tres personas que portaban el uniforme del cuerpo de bomberos limpiando la punta del péndulo. De allí retiraron material y óxido, además de hacer registros fotográficos. La idea, mientras se define el futuro de la estructura, es que no “haya nada flojo” que pueda causar un incidente.
Los funcionarios presentes en el sitio indicaron que las declaraciones sobre la estructura estaban restringidas a los voceros oficiales de la Alcaldía, pero este diario conoció que la información recopilada ayer servirá de insumo para decidir si procede o no el desmonte de la plomada.
Esta acción tendría lugar con dos fines: reparar el material que la integra, luego de dos décadas de exposición al sol y agua, para instalarla de nuevo; o hacer un desmonte definitivo. Como es una obra de arte, cualquiera de estos caminos tendría que contar con la supervisión de la Secretaría de Cultura, despacho encargado de velar por el patrimonio artístico instalado en el espacio público .