Durante décadas, el cemento, el pavimento y el ladrillo se abrieron paso en el Valle de Aburrá sin ningún tipo de control. Arrasaron con gran cantidad de árboles y zonas verdes que, si las tuviéramos hoy, la calidad del aire no sería tan deficiente.
Aunque un poco tardía, la ciudadanía ya reaccionó y, además de sus propias iniciativas comunitarias, empezaron a reclamarle a los gobiernos locales acciones concretas para recuperar lo perdido.
En el programa de Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, el Área Metropolitana —máxima autoridad ambiental de la región— tiene un modelo de acción que es clave, el Plan Siembras.
El punto de partida para el Plan Siembra fue el déficit que tenía el Valle de Aburrá a enero de 2016: faltaban 700.000 árboles. Lo más preocupante es que para ese período no se tuvo en cuenta a Envigado, municipio que todavía no era parte del Área Metropolitana.
“El Área Metropolitana cuantificó el déficit con base en los indicadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los cuales sostienen que debe haber un árbol por cada tres habitantes; la realidad en la región era que no había ni medio árbol por cada habitante del Aburrá. Con el plan trazamos la meta de sembrar —mínimo— 300.000 árboles en el cuatrienio (2016-2019)”, explicó María del Pilar Restrepo Mesa, subdirectora Ambiental del Área.
La funcionaria dijo que están seguros de que van a cumplir el objetivo y a superar la meta, ya que hoy, 22 meses después, se han podido sembrar 170.496 árboles: 168.331 en la zona rural de la región y 2.165 en el área urbana de los 10 municipios. Además, agregó, se nota voluntad política y ciudadana en tal sentido.
Pero, ¿de dónde salen tantos árboles para sembrar? El Área Metropolitana cuenta hoy con una producción de más de 666.000 “individuos arbóreos”, entre material ornamental, vegetal forestal y árboles urbanos.
“Contamos con un convenio con la Reforestadora Industrial de Antioquia (RIA), también tenemos varios viveros en los diferentes municipios del Valle de Aburrá. Los árboles urbanos deben ser de 1,5 metros de alto y no siempre se consiguen; a veces toca traerlos de otras ciudades”, aseguró.
Respecto a la falta de espacio para sembrar árboles en las zonas urbanas, el Área Metropolitana busca predios públicos (de las administraciones municipales) y lotes que ofrecen voluntariamente empresas e instituciones que saben que estos espacios no serán utilizados más adelante para construcción. El Ejército Nacional también ha permitido siembras en sus espacios.
“Con el programa de Brigadas Arbóreas Comunitarias, hemos encontrado los lugares en los barrios. En los que se decía que no había espacio ni para 10 árboles, hemos sembrado 250, 300 y hasta 350 árboles. Todo esto gracias al apoyo de la ciudadanía y los lotes que han prestado para este fin”, manifestó la subdirectora Ambiental del Área.
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