<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

Miguel no se cansa de informar a punta de tiza

Este hombre ajusta décadas dando noticias a través de tableros y tizas
en los ingresos de la U. de Antioquia. Piden reconocimiento a su trabajo.

  • Miguel Valencia ajusta varias décadas escribiendo noticias, avisos, frases y resultados de partidos de fútbol en los tableros que hay en las mallas que rodean a la Universidad de Antioquia. Le ha dedicado su vida a informar a la comunidad universitaria y a quienes por allí pasan. FOTO JAIME PÉREZ
    Miguel Valencia ajusta varias décadas escribiendo noticias, avisos, frases y resultados de partidos de fútbol en los tableros que hay en las mallas que rodean a la Universidad de Antioquia. Le ha dedicado su vida a informar a la comunidad universitaria y a quienes por allí pasan. FOTO JAIME PÉREZ
  • Miguel no se cansa de informar a punta de tiza
20 de junio de 2022
bookmark

A Miguel Valencia le ha tocado dar todo tipo de noticias. Han pasado por sus manos curtidas por la tiza derretida y luego han terminado en sus tableros. Más de una nota le han hecho en el periódico de la Universidad de Antioquia. Lleva, a las afueras de la calle Barranquilla, desde 1968. Hace unos días escribió, con puño y letra, un hecho que conmovió a toda la ciudad: Estefany Bedoya, estudiante de esa institución, murió en medio de la manipulación de explosivos.

Bajo los amagues de lluvia del 10 de junio, dos días después de la tragedia, Miguel pasa una y otra vez la tiza sobre un tablero verde. Son letras mayúsculas las que hay allí. Se leen claro, con la intensidad suficiente, pero él las repasa, como cualquier pequeño que pasa el lápiz una y otra vez sobre la plana encomendada por el maestro. Resalta E, S, T, E, F, A, N, Y. Su titular es un nombre: Estefany Bedoya.

“Estudiante de Química U. de A. Falleció en explosión en una casa cerca de la Fac. de Odontología. Otros tres estudiantes resultaron heridos. Sucedió el miércoles 8 de junio. El jueves 9 en el marco de la conmemoración de las jornadas del estudiante caído, 8 y 9 de junio, en manifestaciones rindieron homenaje a Estefany”, reza en su tablero más grande colgado en las mallas que cercan la universidad en el sector de Barranquilla.

Hace unos días, algunos integrantes de la institución pidieron que se le entregara un honoris causa. Le llaman el comunicador eterno. Ajusta 54 años trasladando las noticias que salen en la prensa a sus tableros. No importa que la lluvia derrita los hechos que en ellos escribe. Pese a la llegada del internet y las redes sociales, él insiste, así se haga el modesto y le reste rango a ese oficio que ha asumido.

“Don Miguel desde 1968 asiste a la U. de A. Su manera de informar es única, cada tiza es el color de la noticia, sus tableros son la voz. Don Miguel tiene sus versiones de la historia”, dicen sobre este hombre. Él, sin embargo, se baja la caña. “Si va a sacar una bobadita en EL COLOMBIANO, que sea una cosa sencilla, chiquita, sin tanta parafernalia”.

Llega a las 7:00 de la mañana y a esa hora recibe los ejemplares de varios periódicos que luego vende. El 10 de junio, a las 10:00, había vendido seis, “¡de puro milagro!”. En los locales de la universidad lo aprecian. En el restaurante que da a las piscinas le dan el almuerzo a cambio del periódico. Es bueno con nombres y fechas. Tiene más de 60 años, pero se resiste a revelar la edad. Es jocoso. Entra en personaje. Suelta datos de su vida a cuentagotas. Se va y vuelve de la conversación.

“Estoy acá desde el 68. Me tocó la inauguración de la ciudadela universitaria. Primero presté servicio militar, pero como era bachiller mi hermana hizo las gestiones y me dieron la baja un año después. Me tocó la visita de Pablo Sexto, en el 67”. Sus pinos los hizo en la Facultad de Educación durante un semestre, como aprendiz del pregrado de idiomas. Pero se retiró.

—¿Usted cómo escoge las noticias, a qué le da prioridad?

—¡¿Cuáles noticias, si yo ya casi no escribo, hombre?! No ve que con estos aguaceros tan duros... Y ya eso está en el internet, hombre.

Enrique Moreno, taxista, diseñador de modas y graduado de Educación Física de la U. de A., lo distingue desde el cierre de los 70. “Era el que nos vendía las revisticas y los libros. Este ha sido el punto de encuentro para uno enterarse de las noticias. Las sigue escribiendo. Es muy culto”.

Sus tableros reseñan temas varios: eventos universitarios, noticias locales, política nacional. “Elecciones. Presidente de Colombia. Candidatos: Gustavo Petro, Ciénaga de Oro, Córdoba, 1960. Rodolfo Hernández, Pie de Cuesta, Santander, 1945. Domingo 19 de junio”. El aviso es de hace once días. Quienes transitan por la universidad ya se habrán encontrado con el nombre, escrito a tiza, del nuevo presidente.

Uno de los tableros que más quiere es permanente. Pequeño, muy pequeño, con letras estampadas en vinilo. Con él informa qué cayó en la lotería. Solo cambia el número ganador, después de borrar el del día anterior con una mecha mojada. Actualiza el aviso con tiza. Se las regalan porque ya casi no se usan. En la casa tiene muchas. “¿Necesita una?”, pregunta, ácido, en tono de broma.

Octavio Ochoa lo conoce hace 24 años. Son vecinos de trabajo: Octavio vende dulces, cigarrillos y minutos en una chaza, a unos metros de donde Miguel guarda los periódicos. Lo distinguía, sin embargo, desde tiempo atrás. “Cuando yo manejaba una ruta de Coonatra, que pasa por acá por Barranquilla, lo veía escribiendo las noticias”.

El comunicador eterno vive en el barrio Córdoba. De salud está más o menos. Lidia con algunos achaques. “Me veo aquí hasta que pueda caminar. Todavía me voy a pie para la casa”. De las noticias comenta poco, de su trabajo igual. Sus canas y manos curtidas por la tiza hablan por si solas. Y él bien lo sabe.

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD