Miguel Ángel Vega Salazar, de 12 años, se levanta a las 5:00 a.m. todos los días para emprender su camino de hora y veinte minutos hacia la institución educativa Santa Elena, una de las más grandes del corregimiento y que atiende a cerca de 830 estudiantes que están matriculados allí.
Miguel vive en El Rosario sector de la vereda Barro Blanco, un poblado a casi siete kilómetros de su colegio.
Él, junto a otros 241 estudiantes de ocho colegios de Santa Elena, recibieron ayer bicicletas que les permitirá ahorrar tiempo de desplazamientos y mejorar su calidad de vida.
“Primero los profesores lo hablan con uno pero si se llega cinco veces tarde le hacen una anotación. Este año ya me han hecho dos”, explica el adolescente.
Otros dos compañeros que viven cerca a su casa también recibieron bicicletas, por lo que ahora planean viajar juntos todos los días.
“Me voy a demorar media hora, más o menos”, afirma Miguel con entusiasmo.
Sofía Gaviria también llegará pedaleando a partir de hoy al colegio. Vive en la vereda El Llano y al igual que Miguel, cursa el grado séptimo.
“Me demoro más o menos 20 minutos caminando para llegar, con la bicicleta voy a tardar cinco”, explica Gaviria.
Preocupa la seguridad
Cada una de las bicis viene equipada con componentes Shimano, llantas Kenda, marco de hierro, guardabarros y una parrilla trasera con capacidad para cargar hasta 100 kilos.
Fueron entregadas además con un inflador para neumáticos, casco y chaleco reflectivo. Sin embargo, las vías de Santa Elena suponen alto peligro debido a la velocidad con que transitan los automóviles y la ausencia de ciclorrutas.
“Las bicicletas no son livianas porque no queremos que sean utilizadas para hacer piruetas, que tengan bastante nivel de seguridad”, afirmó Silvia Elena Ochoa, delegada por Comfama, una de las empresas privadas que hace parte de la alianza.
En la institución habrá incluso mecánicos, que estarán disponibles de forma permanente con un taller para atender cualquier falla.
“Es hasta divertido porque los niños se comprometen y aprenden una mecánica básica”, resaltó Ochoa.
Para Luz Marina Atehortúa, madre de uno de los estudiantes beneficiados, es sabido que ninguna vía principal es segura. Por esa misma razón, los padres debieron acudir a unas reuniones informativas y firmar un consentimiento previo a la entrega de las bicicletas “porque igual ellos (los jóvenes) no podían tomar la decisión solos, ya que van a estar expuesto a muchas cosas”, comentó Atehortúa.
Se planea que personal de la Secretaría de Movilidad haga presencia en los horarios de salida y entrada del colegio para ayudar con la seguridad.
Objetivo, el departamento
Margarita María Gómez, primera dama de Medellín, quien acompaña este programa, destacó el hecho de que la iniciativa llegue a los corregimientos, ya que según cifras de la Secretaría de Educación, la deserción en el sector rural es de 3,3 %, mientras que en la zona urbana es de 2,9 %.
Catalina Echavarria Ramírez, directora de la Fundación Postobón (empresa que lidera el programa); explicó que se han hecho seis entregas más en otras subregiones de Antioquia y que la meta es entregar un total de 1.500 bicis en el departamento .