Del baile al agua pasaron los 30 pasajeros que paseaban por la ciudad en una chiva el pasado 18 de diciembre. En las horas de la noche, mientras recorrían la avenida Regional a la altura del centro comercial Mayorca, el conductor perdió el control del vehículo que, a raíz del incidente, fue a parar al canal del río Medellín.
Por fortuna, no se registraron víctimas mortales. Sin embargo, diez de los pasajeros sufrieron heridas y fueron trasladados a diferentes centros médicos. Uno de ellos, con lesiones de gravedad, fue atendido en la Clínica Las Vegas y su situación de salud es estable.
Las primeras hipótesis de los organismos de socorro indican que el vehículo se movilizaba con exceso de velocidad y que el accidente se produjo al encontrar una raíz de árbol en el camino.
Aunque la investigación sobre las causas sigue en curso, este hecho pone la lupa sobre la seguridad de las fiestas en este tipo de vehículos en los que pueden concentrarse varios factores de riesgo, como alcohol, sobrecupo o alta velocidad.
La ley también las incluye
Las chivas hacen parte del cúmulo de tradiciones rurales que sobreviven en entornos urbanos. Si bien en vías terciarias cumplen un rol de transporte de carga y animales imprescindible para la población campesina, en la ciudad son un atractivo turístico, recreativo y cultural que también debe asumir ciertas normas.
La Agencia de Seguridad Vial de Antioquia especifica que las chivas turísticas deben operar bajo la modalidad de servicio público de transporte especial, lo que les exige cumplir con los mismos requisitos que otros carros de este tipo.
Mario Ramírez, subsecretario de Movilidad de Medellín explica que no está permitido llevar personas por fuera de la carrocería, colgando a los lados o sentados encima del techo. En cuanto al ruido, las chivas deben cumplir con los mismos niveles de decibeles máximos de cualquier otro vehículo de transporte especial. Ni cornetas o sirenas están permitidas, debido a que son elementos exclusivos de uso de vehículos especiales como ambulancias o máquinas de bomberos.
Ramírez resalta la importancia de cumplir las normas básicas de tránsito. Enfatiza, en la responsabilidad que recae sobre los pasajeros: evitar distraer al conductor y, mucho menos ofrecerle licor .