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Los guardianes de la defensa animal en Antioquia

A los programas y normas que surgen desde el Concejo, la Asamblea y la Alcaldía, se suman ciudadanos y fundaciones que ejercen esta tarea.

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21 de enero de 2020
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Narra el poeta André Bretón que León Trotsky, uno de los líderes de la Revolución Bolchevique, con quien tuvo encuentros durante el exilio de este en México, “hablaba de los perros y (...) su lenguaje se hacía menos preciso, su pensamiento menos exigente que de costumbre y se abandonaba a amar, a atribuirle a un animal bondad natural, hablaba, incluso, como todo el mundo, de devoción”.

Fue tal su sentimiento hacia los caninos, que antes de ser asesinado, el líder ruso compartió sus últimos días con Azteca, una perra callejera que le regaló su nieto.

No todos los humanos comparten ese sentimiento de cariño por los animales. En Antioquia, el inicio de 2020 estuvo marcado por varios hechos que indignaron a quienes los protegen.

En Frontino, para acabar con una aparente sobrepoblación de garzas, los bomberos decidieron tumbar sus nidos, en un acto repudiado por la corporación ambiental Corpourabá, que inició una investigación. En Yolombó, en una corraleja, una vaca recibió golpes y patadas por parte de varios ciudadanos. En Amalfi, una polla de agua resultó herida en una noche frenética de estallido de pólvora y pese a los esfuerzos de Corantioquia, el Área Metropolitana y el CES, que la transportaron a Medellín para intentar salvarla, finalmente murió.

En el barrio Los Colores, al occidente de la ciudad, se dio un envenenamiento masivo de perros en varios parques, sin que aún las autoridades tengan pistas sobre los culpables. La tortura no para y exige acciones, aunque hay esfuerzos para que esto no ocurra y existe la Ley 1774 de 2016 de protección contra el maltrato animal.

“Nadie nació para ser torturado”, dice el diputado de Antioquia y exconcejal de Medellín Álvaro Múnera Builes.

Ejército de salvadores

La Fiscalía General creó en diciembre pasado el Gelma (Grupo Especial para la Lucha contra el Maltrato Animal) conformado por 38 fiscales, 38 agentes del CTI y 44 policías que se encargan de investigar y judicializar casos relacionados con el maltrato animal.

En la capital antioqeña está el centro de Bienestar La Perla, que brinda refugio a mascotas abandonadas con el fin de darlas en adopción. También funciona la Inspección de Policía de Protección Animal, “que busca prevenir, atender, controlar y sancionar hechos relacionados con conductas contrarias a la convivencia, contravenciones e indisciplina sociales en materia de animales (maltrato, comercio, tráfico y tenencia inadecuada)”, basada en la ley ya mencionada, que definió a los animales como seres sintientes y merecedores de respeto y buen trato, explica Alejandro Gaviria, abogado de la Inspección, adscrita a la Secretaría de Seguridad y Convivencia.

Según cifras de esta dependencia, mientras que en 2018 fueron 220 PQR (Peticiones, Quejas y Reclamos), en 2019 2019 se recibieron 203. Y los operativos de un año a otro se incrementaron 18%. Por otro lado, se recibieron 24 denuncias menos por caninos peligrosos de un año a otro.

En contraste con lo que tiene Medellín en infraestructura y estrategias, en el departamento todo está por hacer, advierte el diputado Múnera Builes, que busca implementar en los municipios, desde la Asamblea y el Plan de Desarrollo Departamental, los logros de la capital.

Además de los esfuerzos que hacen los corporados del Concejo y la Asamblea (que lideran causas animalistas), en Medellín hay cerca de cien fundaciones y organizaciones defensoras de animales, dice Paola Pineda, líder de la Fundación Donatón por los Animales, que desde 2015 realiza eventos para captar recursos que distribuye entre estas.

Es un grupo de activistas, políticos y funcionarios que dan esa batalla cotidiana por buscar un mejor territorio para la vida animal, doméstica y silvestre.

Los animales tienen derechos constitucionales desde 2016 en Colombia, pero muchos los siguen desconociendo e incluso ejercen crueldad y maltrato. La bandera de quienes presentamos hoy, seleccionados por el impacto que han logrado en la comunidad, es llegar a una sociedad que proteja ese eslabón que, a veces, se ve tan débil en la cadena de la vida.

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