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La ruta segura para que pacientes vuelvan a clínicas y hospitales

Clínicas y hospitales en la ciudad adecuaron espacios para reforzar cuidados y evitar aglomeraciones.

  • En el Hospital General se adoptó un protocolo externo a la zona de urgencias para que pacientes sospechosos de covid no tengan contacto con otras patologías. FOTO Juan antonio sánchez
    En el Hospital General se adoptó un protocolo externo a la zona de urgencias para que pacientes sospechosos de covid no tengan contacto con otras patologías. FOTO Juan antonio sánchez
  • El hall principal del Hospital Pablo Tobón Uribe cuenta con puestos de control para evaluar síntomas. FOTO juan antonio sánchez
    El hall principal del Hospital Pablo Tobón Uribe cuenta con puestos de control para evaluar síntomas. FOTO juan antonio sánchez
02 de julio de 2020
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Si el miedo del ciudadano del común por contraer el coronavirus cuando visita una clínica puede ser legítimo, adoptar las medidas en los centros hospitalarios para prevenirlo y evitarlo al máximo es un deber que ha implicado cambios y un aprendizaje diario.

Por tal motivo el mensaje que envían las directivas y expertos médicos de los centros hospitalarios de la ciudad suele ser el mismo: consultar por otras patologías no representa per se un riesgo alto y las clínicas han cambiado y afinado sus procesos para contener al nuevo coronavirus.

Recorrido aséptico

“¿Ha presentado en los últimos siete días síntomas gripales como fiebre, tos, dolor de garganta o congestión?”, con este breve cuestionario y la toma de temperatura con un termómetro láser le dan la bienvenida al personal médico y a todos los visitantes del Hospital Pablo Tobón Uribe (HPTU).

Allí la pandemia obligó a adaptar el hall principal con una especie de cordones de seguridad para controlar el flujo de personas. Una vez se supera el primer filtro hay zonas para la desinfección de manos y las zonas comunes, pisos de consulta y hospitalización están llenos de mensajes para recordar la importancia de guardar el debido distanciamiento social.

Los casos confirmados de covid o que son sospechosos por tener síntomas respiratorios van por otro camino. Así lo explica Antonio José Lopera Upegui, jefe de la División Médica del HPTU, quien menciona que dichas estrategias se complementan con el aumento de teleconsulta y teleasesoría para generar entornos más seguros.

“El hospital cuenta con puestos de control general para valoración de síntomas sospechosos, toma de temperatura y sitio adecuado de atención. Cuando el paciente es sospechoso o ya viene con diagnóstico confirmado, sigue una ruta de atención interna diferente a los pacientes no covid. Existen áreas específicas para la atención de pacientes tanto en urgencias, hospitalización, cirugía y cuidado intensivo”, recalca.

También en Robledo, cerca al Pablo Tobón Uribe, está la clínica Cardiovid donde el panorama no es muy diferente. Allí se acondicionó una sala de espera externa para que los familiares que acompañen pacientes puedan estar cerca sin necesidad de aumentar el aforo de una institución médica que de a poco ha empezado a reactivar servicios.

Alberto Vargas García, coordinador del comité de infecciones y vigilancia epidemiológica de Cardiovid, explicó que la planeación de acciones de prevención para blindar a la clínica comenzaron incluso desde antes de que se declarara la pandemia y van en concordancia con las medidas adoptadas por las grandes clínicas y hospitales de la región.

“A la toma de temperatura, zonas de desinfección y encuesta de síntomas le hemos agregado otras estrategias como actualizar los cuestionarios de acuerdo a la evolución epidemiológica, es decir cuando ocurrieron los brotes de la Minorista, o el tema en Santa Cruz éramos muy rigurosos con preguntas para perfilar y detectar riesgos. Restringimos las visitas y los cuidadores primarios que debían estar con los pacientes casi que se hospitalizaban con sus familiares”.

Otra de las estrategias que se implementó fue reducir el aforo del restaurante de la clínica que pasó de tener más de 200 sillas a solo 62 y ampliar rutas propias de transporte para los empleados y evitar que se expusieran a aglomeraciones.

“A veces pareciera que el miedo puede más que la razón, pero lo cierto es que los hospitales son lugares seguros y si se siguen lineamientos —como el uso obligatorio y correcto del tapabocas— no hay mayor riesgo de contagio”, dijo.

El General en sus laberintos

En el Hospital General de Medellín, el centro médico público con más capacidad del Municipio, los cambios comenzaron de afuera para adentro con una estrategia que bifurcó las urgencias del centro hospitalario.

Allí, en plena vía pública, se instalaron unas carpas y una zona de pretriaje que evalúa síntomas y arroja dos caminos: zona violeta para los pacientes que no son sospechosos de covid-19 y zona verde para los que son sospechosos que deben ingresar por un lugar diferente.

Mario Fernando Córdoba, gerente del centro hospitalario, contó que fue necesario realizar adecuaciones físicas para garantizar que los pacientes —y en algunos casos sus acompañantes— no puedan pasar de una zona a otra lo que aumentaría el riesgo de un brote.

Adicional a eso se reforzó el material de bioseguridad para el personal médico, se realiza un control estricto a los aforos en cada espacio, toma de temperatura y se señalizaron las salas de espera y demás espacios para garantizar el debido aislamiento social.

Las directivas médicas coincidieron además en que todos los cuidados y protocolos sirven solo si vienen acompañados de un adecuado comportamiento de los visitantes y un proceso transparente de triaje y evaluación de síntomas. Eso que ahora llaman autocuidado. .

86 %
de ocupación registra el Hospital General. En su gran mayoría pacientes no covid.

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