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La próxima administración de Medellín tendrá más recursos provenientes de EPM que cualquiera de sus antecesoras: $5,7 billones más que la alcaldía de Sergio Fajardo (2004-2007), $4,2 billones más que la de Alonso Salazar (2008-2011), $3,42 billones más que el gobierno de Aníbal Gaviria (2012-2015) y $2,82 billones más que el actual, presidido por Federico Gutiérrez (2016-2019). En total, serían $7,122 billones, con la previsión de que la aseguradora Mapfre pague los seguros de Hidroituango, dineros que entrarían entre 2021 y 2022.
“Son datos oficiales que provienen de una carta que emite EPM para los próximos cuatros años, no obstante, la carta dice que está sujeto a condiciones de mercado y devaluación. Pero es un documento oficial que dice cómo dejamos la empresa. A EPM hay que cuidarla, no puede estar sujeta a los devenires políticos por el valor que tiene para la ciudad”, confirmó Orlando Uribe Villa, secretario de Hacienda de Medellín.
Pero no todas son buenas noticias. El panorama económico se avecina complejo no solo porque el Municipio cuenta con capacidad en vigencias futuras a partir de 2022 —tercer año de gobierno—, sino por el techo de endeudamiento que oscila los $450.000 millones en el cuatrienio. Además, el Gobierno Nacional tiene la olla raspada para las regiones.
Todavía el Municipio espera respuesta a la petición de $1,8 billones para lograr el cierre financiero del metro ligero de la carrera 80. Cabe recordar que el gobierno de Juan Manuel Santos prometió $80.000 millones para el metrocable de Picacho: al final llegaron $25.000 millones que entregó la Gobernación por la venta de Isagén y $50.000 millones anunciados en agosto pasado por el presidente Iván Duque.
EPM le transfiere cada año a Medellín el 55 % de sus utilidades. En el periodo 2008-2018 las transferencias de EPM representaron un 19 % de los ingresos totales del Municipio.
¿Cómo se establecen? El acuerdo municipal 69 de 1997 autorizó convertir a EPM en una empresa industrial y comercial del Estado, de propietario único y del orden municipal, además, estableció que las utilidades netas de cada año, al cierre del ejercicio fiscal, se deben entregar al Municipio para proyectos de impacto social. Educación (31,1 %), transporte (14,4 %) y recreación (9,4 %) fueron los sectores que más financiación recibieron en los últimos años.
“Estos recursos han representado para la ciudad un apalancamiento significativo en la inversión pública municipal y le han permitido sobresalir en el panorama nacional en los primeros lugares de mayor inversión per cápita entre las más importantes ciudades del país”, señaló el Informe de Calidad de Vida Medellín 2018.
Ramón Javier Mesa Callejas, profesor de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Antioquia, opinó que el anunció de transferencias para el próximo cuatrienio es muy “optimista” por el aumento de $3 billones con respecto al gobierno actual. “Revela la importancia de EPM y de que a pesar de la contingencia en Hidroituango, la empresa ha sabido sopesar el momento”, dijo.
Añadió que este es un modelo de éxito de cómo una empresa pública contribuye con el desarrollo de la ciudad. “Históricamente ha sido bien manejada, se debe evitar que el debate la politice, se requiere pedagogía de lo que significa para la ciudad”, acotó.
Para Mauricio Restrepo Gutiérrez, gerente de EPM entre enero de 1995 y diciembre de 1998, la empresa seguirá siendo motor de desarrollo de Medellín y Antioquia, con el pendiente de lograr mayor equidad con los municipios que aportan a la industria energética y con las zonas periféricas de la ciudad. “Tiene que seguir con el plan de expansión de gas, acueducto, alcantarillado y mantenimiento de la red para que no se vuelva obsoleta. Se debe tener prudencia con las transferencias para que no se afecte la caja de EPM y se conserve”, indicó.
Amylkar Acosta Medina, economista y exministro de Minas y Energía, opinó por su parte que con excepción de las desinversiones que tuvo que hacer por Hidroituango, EPM sigue consolidando su portafolio como una multilatina con muchas oportunidades de inversión en otros países. La emergencia en el proyecto hidroeléctrico “no puede llevar a EPM a replegarse porque sería perder un espacio ganado. Sigue siendo muy competitiva en el exterior. Ahora la apuesta deben ser las fuentes no convencionales de energías renovables. Eso se traducirá en un buen desempeño en los años venideros, lo que se traduce en mayores ingresos”.
Según el secretario Uribe Villa, la próxima alcaldía tendrá que seguir fortaleciendo los ingresos municipales apelando a las nuevas herramientas consignadas en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y el estatuto tributario, además de eficiencias en el recaudo, fomento de la construcción y desarrollo económico.
Mesa consideró que está bien direccionada la estrategia de conseguir nuevas fuentes de financiación, diversificando las fuentes, para buscar nuevos recursos que apalanquen el plan de desarrollo.
“Es la ruta a seguir en estos tiempos de incertidumbre cambiaria, cuando el riesgo crediticio tiende a aumentar”, opinó el docente.
El exgerente Restrepo consideró que tiene que hacerse un debate amplio, en el que participe la academia, los gremios, el sector público y privado, con el fin de decidir en qué se deben invertir los mayores recursos provenientes de EPM. “Se deben replantear proyectos y elegir obras que traigan beneficio social, económico y ambiental”, sugirió.
De otro lado, Nicolás Posada López, director del Comité Intergremial de Antioquia, sostuvo que los mayores recursos esperados no se pueden malgastar y se deben focalizar en las obras que se requieren para los próximos 10 años. “Si la nueva alcaldía la sabe gestionar, van a llevar a consolidar el liderazgo de Medellín, es una de las responsabilidades del alcalde y de su equipo, pero también del Concejo y el sector privado para saber cómo vamos a invertir y a proyectar la ciudad del futuro y su expansión”, finalizó.