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Combos siguen usando perros para amedrentar
La Fiscalía investiga un caso en el que miembros de una banda de Altavista usaron un pitbull para rematar a una víctima dentro de una vivienda.
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Esta es “la Chava”, la perra que los miembros de la banda “la Agonía” le robaron a sus rivales en 2009, y que usaron para intimidar a la vecindad en la comuna 13. FOTO esteban vanegas (archivo)
El desayuno ya estaba servido, cuando alguien llamó a la puerta, en una vivienda del barrio Nuevo Amanecer, en el corregimiento Altavista de Medellín. Oswaldo Ocampo Montoya abrió y vio a su amigo Jhonni Alexánder Ramírez Pabón, a quien todos llaman “Veneno”.
Este lo convenció de acompañarlo a hacer una diligencia a una marranera, a una cuadra del lugar. Su novia Rosaura* le advirtió que no tardara, porque se iba a enfriar la comida.
Minutos después, la mujer escuchó los disparos. Ocampo quedó tendido en una zona verde del sector Playa Alta, a las 8:40 a.m. del 1 de abril de 2018. A los pocos minutos llegó a la residencia alias “la Marrana”, miembro del combo “los Chivos”, y cuando ella le preguntó por la suerte del novio, el criminal respondió: “vea mami, es que a usted también le tocó”.
Desenfundó un arma y la accionó a quemarropa contra la mujer, hiriéndola en la mandíbula, el brazo derecho, pecho y espalda. Cuando se le acabaron las balas, la golpeó con la cacha, hasta dejarla sin aliento en el suelo.
El informe judicial del caso detalla que, antes de irse, el agresor desató un perro de raza pitbull y lo instó a que atacara a la víctima, “dejándosela como carnada”.
A pesar de las graves lesiones, Rosaura no perdió la consciencia y se acordó del desayuno que había preparado. Perseguida por el animal, agarró el tocino que compró para su pareja y se lo arrojó a las fauces, logrando que se distrajera. Luego salió del lugar dando tumbos y se refugió en una tienda vecina.
La investigación por este incidente tomó un nuevo impulso el mes pasado, cuando la Fiscalía formuló una acusación formal como coautor de homicidio agravado y tentativa de homicidio agravada en contra de “Veneno”, quien está en prisión desde septiembre por otro expediente por concierto para delinquir.
EL COLOMBIANO conoció el documento público, que no solo hace referencia a la violencia de las bandas de Medellín, sino a la utilización de perros en sus fechorías.
Un residente de Nuevo Amanecer* explicó que “varios muchachos de los combos tienen de esos pitbull, los sacan a la calle sin bozal ni correa, y a uno le da miedo porque esto se mantiene lleno de niños. El problema es que ellos son la ley por aquí y nadie les dice nada”.
El “trofeo” intimidatorio
La situación, aunque no se denuncia de manera frecuente, se conoce hace varios años y en otros lugares de la ciudad. En mayo de 2010, en una entrevista periodística, integrantes de la banda “la Agonía” contaron la historia de “la Chava”, una pitbull que pertenecía a un combo rival.
En septiembre de 2009 expulsaron a los enemigos del sector Alto de la Virgen, en la comuna 13, y de trofeo conservaron la mascota de su cabecilla. En aquel momento, varios vecinos señalaron que los cobros de extorsiones se hacían sin armas, pero con la presencia intimidante de la canina.
La información es confirmada por un agente del CTI Medellín*, quien asevera que “también conocimos un caso de un combo del sector El Chagualo, en el Centro, alineado con la banda ‘la Terraza’. Allí había un joven, alias ‘la Chinga’, que tenía unos perros que usaba para constreñir a la gente. Ya está detenido”.
¿Se pueden rehabilitar?
Frente a hechos de esta clase, en los cuales la conducta de los perros es manipulada, Santiago Henao Villegas, jefe de Posgrados de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES, dice que sí es posible la rehabilitación por medio de terapias diseñadas por la etología (estudio del comportamiento de los animales).
“Vemos múltiples ejemplos en programas de TV, en los que se hacen ejercicios de rehabilitación y eso sí es posible”, precisa el experto, aunque advierte: “el hecho de que el animal haya tenido episodios de ataque o procesos de entrenamiento (para atacar), obliga al dueño a pasearlos con traílla y bozal, pues también hemos tenido perros rescatados de la calle que tratamos de rehabilitar y no ha sido posible, y ahí entran a convertirse en amenaza para la salud pública y terminan lamentablemente en eutanasia”.
*Identidades reservadas por
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