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Los pendientes de la Policía en Antioquia para los nuevos comandantes

  • De izquierda a derecha el general José Ángel Mendoza, el coronel Gustavo Chavarro, el general José Acevedo y el coronel Ramiro Riveros. FOTOS ARCHIVO
    De izquierda a derecha el general José Ángel Mendoza, el coronel Gustavo Chavarro, el general José Acevedo y el coronel Ramiro Riveros. FOTOS ARCHIVO
12 de noviembre de 2014
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Una reducción cercana al 30 por ciento en los homicidios en Medellín desde que asumió la comandancia de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá, es la principal credencial que puede presentar el general José Ángel Mendoza al salir de esa posición para ponerse al frente de la Región 6 de la Policía, con jurisdicción en Antioquia, Córdoba, Sucre y Chocó.

Sin embargo, el avance de delitos como el hurto y la extorsión, el control territorial de combos en algunas zonas y mejorar la relación entre Policía y algunos líderes sociales y defensores de derechos humanos, se plantea como uno de los asuntos pendientes y como el reto que tendrá que asumir el general José Acevedo, quien releva a Mendoza en el cargo.

Carlos Arcila, vocero de la Mesa de Derechos Humanos del Valle de Aburrá, dice que se debe reconocer el compromiso del general saliente en la persecución de los objetivos de alto valor. Por otra parte, señala que se fortaleció la presencia de las autoridades en zonas que antes eran del dominio exclusivo de agrupaciones ilegales.

Pese a los avances, Arcila señala que la deuda de la Policía Metropolitana se encuentra en el ataque a los negocios de los combos. “Hay que destacar el trabajo de la Fuerza Pública en acciones contra los objetivos de alto valor, pero ha faltado golpear la estructura económica. Quedó faltando más afectividad contra la forma como se mueve su economía legal el ilegal”, dijo el vocero de la mesa de derechos humanos.

Otro aspecto que Arcila señala entre los pendientes, es el referido a la relación entre la Policía y las comunidades. “Falta recuperar la credibilidad, en algunas zonas sigue habiendo mucha desconfianza frente a la Fuerza Pública”. Agregó que eso se debe, no solo a la existencia de casos de corrupción, sino a que la exigencia operativa sobre los cuadrantes ha diluido el trabajo de prevención y acompañamiento que antes ejercía la Policía Comunitaria.

Por último, destacó la importancia de que el nuevo comandante, de la mano con las autoridades municipales, trabajen en esa construcción de confianza y que los esfuerzos no se concentren solo en el aumento del pie de fuerza. “Más presencia de Fuerza Pública no significa mayor eficiencia”, dijo Arcila.

Minería y bandas criminales, los retos en Antioquia

En el departamento de Policía Antioquia, el saliente coronel Gustavo Chavarro deja en marcha la ofensiva contra las bandas criminales que operan en el Bajo Cauca. El Plan Troya y la creación del cartel de los más buscados en esa zona son algunas de las acciones recientes de esa unidad. Por ahora y pese a algunas capturas, se mantiene la expectativa sobre los resultados definitivos de esa intervención.

Tal y como sucede con la Policía Metropolitana, en el caso de Antioquia se registró una reducción en los homicidios durante el paso de Chavarro por el comando. Hasta mediados de 2014 las cifras oficiales señalaban una disminución del 26 por ciento en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Sin embargo, integrantes de organizaciones sociales afirman que algunos casos de corrupción, sumados a lo que consideran atropellos por parte de la Policía en sus intervenciones, minaron la confianza en los últimos años.

Mauricio Herrera, integrante de la Mesa de Derechos Humanos de Antioquia, dijo que el caso de Buriticá, donde se llevaron a cabo operativos para desalojar a mineros informales, es un ejemplo de ese fenómeno.

“El tema de Buriticá es muy álgido. Hubo varias violaciones de derechos humanos y no quiero decir que el comandante tuviera una responsabilidad directa en los hechos, pero las actuaciones de algunos policías sí son cuestionables”, dijo Herrera.

Agregó que en los territorios mineros se encuentra el principal reto del próximo comandante, el coronel Ramiro Riveros. Para Herrera, debido a la cantidad de recursos que se mueven por esta actividad, es necesario que se fortalezcan controles. “Es un reto de moralidad porque la corrupción no ha permitido que se actúe correctamente”, afirmó el defensor de derechos humanos.

Otro aspecto, no relacionado con la gestión de Chavarro, pero que sí marcó su paso por la Policía en Antioquia, es la investigación que se conoció en 2013 y que aún se encuentra en curso por su supuesta responsabilidad en la muerte de un menor de edad en febrero de 2011, cuando el oficial era comandante de la Policía en San Andrés y se encontraba de visita en Bogotá.

Según su versión, reaccionó a un atraco que el menor cometía en una vía de la capital. Sin embargo, se investiga también por qué las balas relacionadas con ese caso fueron tipo dum-dum, prohibidas por el Derecho Internacional Humanitario.

Pese a esa investigación, Chavarro pasará a la Dirección de Seguridad Ciudadana de la Policía Nacional.

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