Leer con sentido, una estrategia de formación en el Colegio San José de las Vegas

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En la Jornada Pedagógica del Colegio San José de las Vegas, realizada el 2 de marzo, Clara Tamayo, Coordinadora de Prensa Escuela, compartió con los maestros de preescolar hasta el grado tercero de primaria lo importante que es enseñarles a los niños a tener lecturas con sentido, a hacerle preguntas a los textos y a la realidad, y a cuestionarse siempre sobre lo que se lee.

Además, se mencionaron elementos importantes a la hora de utilizar la información de actualidad como un recurso que, con la mediación adecuada, les permite a los niños empezar a tener un criterio propio con respecto a la información que reciben.

Durante la charla, se narró uno de los textos publicados en la edición número 18 de “El Taller” que es una estrategia de formación ciudadana que busca formar lectores con criterio y jóvenes más empáticos, que valoren los contextos y la diversidad.  El texto “A qué edad se es Adulto”, de Andrés Mauricio Luna Gómez, narra de manera muy completa lo que fue la vida de su madre y como las dificultades que tuvo que atravesar la llevaron a ser la mujer que es hoy en día.

Además, se mencionaron elementos importantes a la hora de utilizar la información de actualidad como un recurso que, con la mediación adecuada, les permite a los niños empezar a tener un criterio propio con respecto a la información que reciben.

Durante la charla, se narró uno de los textos publicados en la edición número 18 de “El Taller” que es una estrategia de formación ciudadana que busca formar lectores con criterio y jóvenes más empáticos, que valoren los contextos y la diversidad.  El texto “A qué edad se es Adulto”, de Andrés Mauricio Luna Gómez, narra de manera muy completa lo que fue la vida de su madre y como las dificultades que tuvo que atravesar la llevaron a ser la mujer que es hoy en día.

En el siguiente enlace puedes leer el texto: https://cutt.ly/h4ovYiX

Preguntas para transitar de la reflexión a la acción

Con esta lectura se generaron diferentes sentimientos en los docentes y a partir de ellos también se desarrollaron otros temas de conversación alrededor del uso de la prensa en los primeros años de escolaridad: ¿qué papel juega la información en la vida de un niño o joven? Y cómo esto puede ayudar a la transformación de ese ser desde la pregunta ¿yo qué puedo hacer?

Los docentes debatieron en torno a las respuestas y anécdotas que ellos mismos iban generando, comentaban cómo eran sus rutinas en clase y cómo enseñaban a los niños a tener un sentido crítico con respecto a lo que leen y cómo esto les servía para construir sus propios textos.

El profesor Óscar Mauricio Ortiz Delgado, docente de Tecnología en inglés, nos contó la percepción que tiene de Prensa Escuela: “me parece muy interesante ver que aún hoy en día se promueve la lectura de la prensa a nivel escolar, algo que actualmente es muy necesario, me gusta el tipo de notas, el tipo de información que se maneja, es algo que logra un buen impacto

Por otro lado, el docente Jorge Andrés Machado, profesor de filosofía en Kínder, nos dio su opinión con respecto a la charla y lo significativo que estos talleres son para ellos como docentes en su tarea con los estudiantes: “estoy muy contento de compartir de nuevo con Prensa Escuela, considero que es un programa que nos enriquece, que nos nutre y nos ayuda a hacer una muy buena tarea con nuestros estudiantes”, finalizó el profesor Jorge Andrés.

Para Prensa Escuela es muy gratificante presentar el programa a diferentes instituciones educativas de la ciudad, dar claves y sembrar semillas para que así, niños y jóvenes, sigan creciendo con criterio y con responsabilidad.

El hombre que siempre espera un milagro

DannaPor: Danna Cárdenas Zapata, tallerista de El Taller 2023.

Como todos los días, hoy Carlos se levanta a las 5:00 a.m., abre los ojos y acomoda su cobija mientras estira su cuerpo y suspira, repitiendo con un tono musical: “Pronto llegará el día de mi suerte”. Mónica, su hija, cuando ve que él despierta le replica con voz cansada, “pa, tengo la camisa del colegio rota y a los zapatos se les entra el agua cada que llueve”, Carlos asiente con la cabeza, con un aire de preocupación. 

Los sonidos de afuera se escuchan patentemente, pues su casa no tiene ventanas. Baja de la cama y va a darse un baño mientras recuerda sus penas. Una nube de melancolía lo invade y, sin que nadie más lo vea, se limpia las lágrimas que se desprenden de sus ojos. 

Bajo su vestido de hombre elegante oculta las cicatrices que le quedaron de aquellos tiempos en que fue sometido al dolor por su vieja historia. Sabe que, si alguien las ve, lo juzgarán en silencio. Está impecable, pero siente que en ese lugar nunca le darán la oportunidad de trabajo que espera hace diez años. Pero hoy llegó diez minutos antes de lo habitual, a ver si pasa algo diferente. Espera tener un buen día. 

Carlos, ex militante del M-19. 

Medellín

 

Gato

FullSizeRender (10)Por: Cristian Gutiérrez, tallerista de El Taller 2023.

Encontré ayer, bajando hacia la calle en donde cojo el bus hacia la estación del Metro, un gato blanco y negro, frondoso; inmóvil, como una estatua al lado del GANA. Es natural mi atracción por estos seres, así que me acerqué emocionado; le saludé, como pidiendo permiso para acariciarle, y solo cuando vi atracción de su parte, puse mis dedos sobre su pelaje.  Estuve así un rato, sobando y retirándome a intervalos. Se trataba de un juego, algo como los enamorados: si me alejo me buscas, si te alejas te busco. Consciente de que se me hacía tarde para llegar a tiempo a clase de 8:00 a.m., me vi obligado a abandonarle no sin antes despedirme con mi mejor voz aguda. El gato me miró, extrañado, por un rato, hasta que me alejé lo suficiente para que me perdiera de vista. Todo el trayecto pensé en él.

Al amanecer, repetí el horario del día anterior, con la particularidad de haber salido un par de minutos más tarde de mi casa; diferencia importantísima vista a la luz del trayecto bus-metro-calle-universidad, que generalmente me toma una hora y quince minutos. Como pueden ver, cada minuto cuenta, y la presura de mis pasos no es gratuita cuando se me ve caminando despistado por la 70. Bajando por esa misma calle que me conduce hacia la parada del bus, encontré de nuevo a ese gato que me había alegrado. Le saludé, sí, mas no pretendía quedarme, pues aunque las ganas me invadían, era consciente de mi tardanza. Lo que me capturó por completo, fue el reconocimiento de mi presencia, la vista de ese gato siguiéndome, maullando detrás de mí, casi pidiendo cariño como el de la vez pasada. Esto me conmovió, como siempre me conmueve la consciencia de ser reconocido por el otro. Ese día llegué algunos minutos tarde a clase, sí, pero la demora valió la pena.

Cruzo ahora esas calles como quien busca un paraíso perdido. No le he vuelto a ver, pero percibo su sombra junto a los grises de las paredes. Espero ver de nuevo a ese amigo que encontré en un camino cotidiano.