Tres cabecillas de bandas delincuenciales de Medellín, con prontuarios que superan una década en la ilegalidad, cayeron a la cárcel en la última semana.
Las detenciones, sin embargo, poco efecto tuvieron en la seguridad de los habitantes de sus barrios de injerencia, pues según han manifestado varios de ellos, continuaron las extorsiones, las intimidaciones y el tráfico de estupefacientes.