El reciente regreso al país de Carlos Lehder y Fabio Ochoa, antiguos capos del cartel de Medellín que cumplieron sus penas en EE.UU., trajo a la memoria una época de horror que Colombia no ha superado, y puso otra vez bajo la lupa el negocio que sigue generando la violencia: la cocaína.
Desde los 80 han cambiado varios aspectos en el modelo de esta actividad criminal, como la caída de los monopolios y el auge de mercados locales; y otras persisten, como el prohibicionismo y la cultura traqueta. Aquí, un análisis de la evolución del flagelo que no deja en paz al país, elaborado por El Colombiano con apoyo de Revelaciones del Bajo Mundo.