El incumplimiento en la implementación de los puntos acordados con las Farc nacidos de una negociación de cuatro años, que según la Comisión Internacional de Verificación de los Derechos Humanos en Colombia ante el Parlamento Europeo va en un 18,3 %, es un asunto que le podría pasar factura al presidente Juan Manuel Santos en el ámbito internacional.
La figura del nobel de Paz colombiano empieza a desgastarse, cuando la lectura que se hace en el exterior de cómo va el Acuerdo, sumado al asesinato de líderes y excombatientes de las Farc, no es muy clara y podría conducir —según analistas—, a que la comunidad internacional que ha acompañado el proceso de paz exija “resultados más contundentes” y se le reste ayuda económica para la implementación.
El profesor de relaciones internacionales de la Universidad Eafit, Luis Fernando Vargas Álzate, considera que la incertidumbre y el desconocimiento son las mayores cartas en contra de la figura de Santos; estas desencadenarían la mala percepción de la imagen del Acuerdo y, en esa vía, la del mismo presidente.
“No es fortuito que ya empiecen a pronunciarse; ni es gratuito que EE.UU. ya hablé de recortar presupuesto para Colombia; sin embargo, para los que conocen al detalle el Acuerdo no hay tantos riesgos, los hay para los que pueden aportar y no conocen en profundidad lo que se adelanta en el país”, comenta Vargas.
El docente de Eafit analiza que la imagen de Santos no se ha desplomado totalmente por dos razones: la primera, el buen trabajo de sus funcionarios de Gobierno en el exterior. La segunda, el desconocimiento de otros países de la situación interna, incluso del triunfo del “No” en el plebiscito y las implicaciones que tuvo esta decisión en el Acuerdo.
No todo es malo
Con las alarmas encendidas ante el panorama de cumplimiento presentado por la Comisión, el ministro del Interior, Guillermo Rivera, señala que la Universidad de Notre Dame y el Instituto Kroc, fueron los designados para evaluar la implementación, y en su informe presentado en el 2017 dieron a entender, en palabras de Rivera, que el vaso estaba medio lleno.
“Indicaron que comparando la implementación del Acuerdo de Paz colombiano con la de acuerdos en otros lugares del mundo, el nuestro se había implementado a una mayor velocidad”, explica.
El informe Kroc conocido por EL COLOMBIANO, revela que al 31 de agosto de 2017, de las 558 disposiciones acordadas se han hecho actividades de implementación en 251, y de estas, 97 se han hecho por completo; 32 tienen un nivel de intermedio en la aplicación, y 122 poco se ha logrado.
Con la anterior situación como precedente, el director de Derecho Internacional de la Universidad de la Sábana, Carlos Arévalo, analiza que la imagen del presidente Santos ante la comunidad internacional podría cambiar poco o nada en el corto plazo.
La explicación del especialista se basa en que la figura de Juan Manuel Santos como nobel de Paz se erigió no por firmar la paz, sino por intentarlo y cómo lo hizo.
“No creo que se afecte, su imagen va a seguir igual. Se sabe que la implementación es de los temas más delicados y está dentro de lo presupuestado. Si se siguen generando esos problemas, si vendrán los reclamos”, dice Arévalo.
En el tema económico, el analista enfatiza en que los países donantes sabían de lo complejo de la implementación y el recorte presupuestal estaría más sujeto a políticas de cada país garante o donante que a los resultados de llevar a buen puerto el Acuerdo.
En la actual coyuntura para la implementación de lo acordado es necesario un acompañamiento más riguroso de los países acompañantes y garantes en la negociación: Cuba, Venezuela, Chile y Ecuador. En eso coinciden analistas y hasta voceros del Gobierno que han solicitado a la comunidad internacional no abandonar a Colombia en sus esfuerzos para implementar la paz.