Un paso al costado dio el general Rubén Alzate Mora, quien hasta ayer comandó la Fuerza de Tarea Conjunta Titán, por su error, como él mismo lo calificó, al caer en manos de las Farc desarmado y de civil, y por haber puesto en entredicho la doctrina militar del Ejército.
Y de paso, propiciar una grave crisis en el proceso de paz, al obligar al presidente Juan Manuel Santos a suspender los diálogos en La Habana, hasta que las Farc no dejaran en libertad al alto oficial, a un cabo del Ejército y a una abogada.
Claramente afectado por los 14 días en que estuvo en las selvas del Medio Atrato, y por la decisión que estaba obligado a tomar, el general Alzate leyó un comunicado corto, con la voz entrecortada.
“Debo reconocer que mi afán de servicio y el amor por el pueblo chocoano, me llevó a no aplicar los procedimientos que en materia de seguridad debí adoptar en mi desplazamiento, como general de la República y como comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán”, y que por esa razón “he solicitado al Gobierno mi retiro del servicio activo”, leyó Alzate en el Hospital Militar en Bogotá.
La versión del General
Muchas versiones se han tejido sobre lo que pasó ese 16 de noviembre en el caserío de Las Mercedes, cuando cayó en manos de las Farc el alto mando con dos acompañantes.
Testimonios recogidos por este diario, en la zona donde ocurrió el plagio, indican que el general se reunió con varias personas en el atrio de la iglesia, y que minutos después fue abordado por guerrilleros vestidos de civil y desarmados, que lo obligaron a montarse en otro bote y de ahí se perdieron río abajo.
Aunque, según el general Alzate, esto fue lo que ocurrió ese domingo: “El pasado domingo 16 de noviembre, y luego de una reunión operacional llevada acabo en las instalaciones de la Policía Nacional, con su comandante departamental, el comandante de la Brigada XV y las secciones de inteligencia de nuestras fuerzas, me informé de la situación operacional y de inteligencia del área, y procedí a visitar el corregimiento de Las Mercedes, adoptando unas medidas de seguridad que incluían: desinformación de mi ruta y destino final, el no acompañamiento de mi anillo de seguridad y el manejo de un bajo perfil. Razón por la que iba vestido de civil y sin armamento”.
A renglón seguido afirmó el general: “Luego de un recorrido que aproximadamente duró 15 minutos en bote desde Quibdó, y cuando estábamos desembarcando en Las Mercedes en compañía del cabo primero Jorge Rodríguez, y la doctora Gloria Urrego, el perro que nos acompañó saltó del bote y asustó a un grupo de niños que se encontraba delante del muelle, razón por la cual ordené que regresara el bote”.
También afirmó que: “Caminamos nuevamente hacia la comunidad y cuando habíamos avanzado unos pocos metros, sorpresivamente fuimos abordados por cuatro hombres armados de fusil, entre quienes se encontraba alias ‘Chaverra’ del frente 34 del grupo terrorista de las Farc, quienes nos secuestraron en total estado de indefensión”.
Y finalmente aseguró que: “Durante los 14 días que duró nuestro secuestro, fui esposado y posteriormente amarrado durante las noches, al igual que el cabo Rodríguez. Nos vimos forzados por estos terroristas a realizar marchas de más de ocho horas diarias, a través de la selva, además de recibir amenazas de muerte si decidiéramos optar por un escape. Incluso fui forzado a ser parte de un show mediático que realizaron con fotos y videos el día de nuestra liberación”.
Reacciones de militares
La salida del servicio activo del general Alzate es reconocida por militares retirados como una decisión obligada. Así lo consideró el general en retiro Jaime Ruiz Barrera, presidente de la Asociación Colombiana de Oficiales en Retiro (Acore). “Es una decisión personal difícil, tomada por honor militar. Actuó con carácter porque reconoce que cometió un error que lo obliga a pedir su retiro y no le quedaba otra alternativa”.
Sobre las explicaciones de su plagio, Ruiz Barrera comentó que el excomandante militar “dice la verdad, ya que averiguando nos informan que hacía eso con frecuencia, como una forma de autoproporcionarse seguridad manteniendo un bajo perfil sin llamar la atención con grandes escoltas”.
Pero el presidente de Acore consideró que Alzate “no calculó que podría generar muchas críticas con esas fotos con el jefe guerrillero (’Pastor Alape’)”, que atribuyó al “show mediático” de las Farc y la situación de amenazas y condiciones del cautiverio que narró el oficial.
El capitán retirado de la Armada Juan Alfonso Fierro, presidente de la Asociación Nacional de Veteranos de la Fuerza Pública (Analvet), dijo que cualquier explicación que dé el general son inaceptables: “esto para nosotros es inconcebible, que un tipo tan preparado y entrenado en antisecuestro vaya a entregársele en bandeja al enemigo. Esto tiene que tener un trasfondo que alguien tiene que develar”.