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El rastro de Medellín en ataque terrorista en el aeropuerto de Cúcuta

  • El atentado al aeropuerto Camilo Daza, de Cúcuta, se perpetró el 14 de diciembre y le costó la vida a dos policías: William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez. FOTO: Colprensa (archivo)
    El atentado al aeropuerto Camilo Daza, de Cúcuta, se perpetró el 14 de diciembre y le costó la vida a dos policías: William Bareño Ardila y David Reyes Jiménez. FOTO: Colprensa (archivo)
28 de diciembre de 2021
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Luego de la captura de cinco de los presuntos responsables del atentado al aeropuerto internacional de Cúcuta, Camilo Daza, que el pasado 14 de diciembre les costó la vida a dos policías, se comenzaron a conocer detalles de una operación criminal que se gestó en una cárcel, tuvo alcance en Medellín y pasó por una etapa de entrenamiento en campamentos ilegales en Venezuela.

En efecto, los tres hombres y las dos mujeres detenidas en la madrugada de este martes en la capital antioqueña fueron trasladados de inmediato a Cúcuta para que allí, lugar donde se perpetró el ataque terrorista, se realicen las audiencias de legalización de captura.

Mientras ese proceso judicial se surte, y del cual depende que se puedan hacer públicas las identidades de los cinco capturados, han comenzado a trascender datos en torno a cómo presuntos delincuentes que operan en Medellín terminan subcontratados por la disidencia 33 de las Farc para explotar dos explosivos en la terminal aérea de la capital nortesantandereana.

EL COLOMBIANO pudo establecer que los primeros acercamientos se realizaron a través de cárceles en donde, conocidos de ambos lados –tanto de la disidencia como de la banda urbana– lograron entablar canales de comunicación para realizar una especie de subcontratación criminal.

Los cinco capturados, de acuerdo con diversas fuentes judiciales, se movilizaron un par de meses antes del ataque hacia Cúcuta para hacer reconocimiento de la zona en la que iban a atentar. Una de las tesis es que se desplazaron vía terrestre entre las dos ciudades para evitar dejar rastros de sus movimientos.

Allá en Cúcuta, tras su arribo desde Medellín, comenzaron también a ser entrenados en el manejo de explosivos y en el reconocimiento de lo que presuntamente era su objetivo: un helicóptero Black Hawk de la Policía y un avión del Ejército que el 14 de diciembre estaban en el aeropuerto internacional Camilo Daza. No obstante, no se descarta si el ataque también podría tener relación con la presencia ese día del alcalde de la ciudad, Jairo Yáñez, en dicha terminal aérea.

Los cinco capturados también habrían estado recibiendo entrenamiento de la disidencia de alias Jhon Mechas en territorio venezolano, donde este criminal tiene campamentos clandestinos desde donde coordina sus actividades ilegales, las cuales, todas, pasan por el narcotráfico.

De hecho, información preliminar también indica que el pago de este outsourcing terrorista se dio, precisamente, con recursos derivados de las operaciones de narcotráfico que se realizan en la frontera colombo-venezolana. Sin embargo, aún no es claro cuánto se pagó.

El ministro de Defensa, Diego Molano, confirmó en diferentes entrevistas radiales este martes que los perpetradores del ataque en Cúcuta fueron “contratados” en Medellín, aunque no precisó de qué banda criminal son miembros ni por qué un personaje como “Jhon Mechas” –el mismo que atentó contra el presidente Iván Duque en junio pasado también muy cerca de Cúcuta– resultó subcontratando a estas personas para el atentado del aeropuerto.

Una de las dudas, que de acuerdo con fuentes judiciales aún es materia de investigación, es que la disidencia de “Jhon Mechas” tiene expertos explosivistas entre sus tropas ilegales y, en teoría, no necesitaría valerse de delincuentes ajenos a su estructura.

En todo caso, ya se analizan interceptaciones telefónicas y varias horas de grabación de cámaras de video para establecer la procedencia ilícita de los posibles terroristas en Medellín y las razones de “Jhon Mechas” para subcontratarlos. Además, EL COLOMBIANO estableció que el general Fernando Murillo, director de la Dijín, está en Cúcuta para seguir de cerca la investigación judicial y estar atento a la audiencia de legalización de captura que se espera comience en la tarde de este martes.

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