María Teresa Barrios Rodríguez fue una de las 94 víctimas mortales que dejó la toma guerrillera del Palacio de Justicia, en manos del M-19, el 6 de noviembre de 1985. A pesar de que la enterraron en aquella época, la familia nunca tuvo certeza de que el cuerpo inhumado fuera el suyo, por lo que hasta ahora pudieron despedirla luego de un análisis realizado por la Fiscalía y el Instituto de Medicina Legal.
María Teresa, nacida en Bogotá, fue abogada de la Universidad del Rosario y contaba con algunas especializaciones. Se había destacado por su trabajo en el Ministerio de Hacienda y como auxiliar de despacho en el Palacio de Justicia. Allí se encontraba, realizando una labor para su jefe de entonces, Dolly Pedraza, cuando el M-19 comenzó a tomarse de forma violenta las instalaciones del lugar.
“Cuando llegué todo era caos. Un señor me ayudó a entrar a la oficina de Teresita después del incendio que consumió el edificio. En un rincón, el cadáver de un guerrillero. De mi hermana so lo quedó el tronco y el cráneo, al lado de su escritorio”, recuerda Miguel Eduardo Barrios, su hermano, quien fue al lugar al día siguiente de los hechos, cuando se enteró de lo sucedido.