Luego de cinco días de cierre por los constantes derrumbes que afectaron la vía Bogotá-Villavicencio, el Ministerio de Transporte habilitó el paso de vehículos ayer al mediodía.
La decisión la tomó tras recibir los informes del concesionario de la vía Coviandes, en los que reportó la remoción de 30.000 metros cúbicos de lodo y piedras en labores adelantadas desde el pasado domingo, hasta ayer en la mañana, aunque hubo nuevos deslizamientos.
El viceministro de Infraestructura, Manuel Felipe Gutiérrez, explicó que en los trabajos participaron alrededor de 70 personas, entre operarios de maquinaria, cuadrilla de trabajadores y conductores. Resaltó, además, que la avalancha presentada en la vía como consecuencia de la temporada de lluvias ha sido “la peor de las últimas décadas”.
“Logramos en un tiempo relativamente corto, para la magnitud del evento, superar el percance”, manifestó el funcionario, quien destacó que “debemos tener presente que aún tenemos un par de puntos críticos, como los kilómetros 64 y 58, y mientras las condiciones meteorológicas lo permiten la vía continuará abierta de forma indefinida”.