La controversia que dominó el debate de redes sociales esta semana se dio con una situación que para algunos fue un acto de homofobia y, para otros, de obscenidad. Se trata de lo ocurrido el fin de semana en el Centro Comercial Andino de Bogotá, que revivió el debate sobre los límites de las leyes.
Pedro José Costa fue grabado insultando a una pareja de homosexuales por supuestamente cometer actos obscenos frente a niños. Los dos jóvenes fueron multados por la Policía, al parecer, por infringir el Código Nacional de Policía en el Artículo 33 que habla de “realizar actos sexuales o de exhibicionismo que generen molestia a la comunidad”.
Sin embargo, los involucrados: Esteban Carrillo y Nicolás Téllez aseguran que solo estaban tomándose de la mano. En un video, filtrado a los medios, se observa cuando los jóvenes son empujados por el agresor. Costa cuestiona que a la grabación la faltan dos minutos, tiempo en el que, según él, los jóvenes habrían cometido actos obscenos.
La gerente de Andino, Marta Carreño, le dijo a La W que no hubo actos grotescos. “No hubo calentura”, afirmó.
Ley antidiscriminación
Tras los hechos, Carrillo y Téllez interpusieron una denuncia ante la Fiscalía por ataques físicos, calumnias y amenazas.
Además, los jóvenes estarían preparando una denuncia penal, basándose en la ley antidiscriminación aprobada en 2011, la cual tiene como finalidad garantizar la protección de los derechos de las personas que sean vulnerados a través de actos de racismo o de discriminación.
Esa ley se refiere, entre otras cosas, a la orientación sexual y la persona que ejerza la discriminación podría terminar en prisión, de uno a tres años, y tener una multa que alcanzaría los 12 millones.
La Policía, entre tanto, informó que investiga si sus agentes se extralimitaron en sus funciones. Los dos jóvenes deberán ir a la Inspección a comparecer y, luego, el inspector determinará si hace efectivo el comparendo o no.
La otra orilla
Hugo Acero, experto en Seguridad de Bogotá, considera que, hasta ahora, no hay evidencia clara de que se hayan cometido actos sexuales ni de exhibicionismo que el Código de Policía sancionaría. “Parece que los policías tomaron la información de lo que la gente dijo, porque no hay evidencias de intentos de actos sexuales ni obscenos”, indicó.
Carlos Charry, doctor en Sociología de la U. del Rosario, considera que la agresión contra la pareja de homosexuales vulnera todo tipo de derechos. “En este caso, la violencia contra estas personas se origina en razón de que la persona, presuntamente agresora, se cree con la superioridad moral de ‘corregir’ la conducta de la pareja de hombres homosexuales, a quienes trata como niñas y como animales”.
Ante esto, Gustavo Adolfo Pérez, coordinador del Área de Derechos Humanos de Colombia Diversa, señala que no es el primer caso ni será el último. “No tenemos cifras para decir si son muchos o pocos los casos que se registran, seguramente son más que los conocidos por la atención mediática”, aseguró.
Pérez también cuestionó la mención que el agresor hace sobre la niñez, porque “utiliza el bienestar de los niños para promover los prejuicios y estereotipos negativos contra la comunidad LGBTI”.