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La bonanza arqueológica que surgió con las 4G
Hallazgos sin precedentes se abren paso gracias a la construcción de las autopistas.
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En 19 proyectos 4G se han encontrado piezas de valor excepcional para comprender el pasado del territorio. FOTO: ANI
30 de agosto de 2021
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En un área de 64 kilómetros entre La Manuela, Irra y el Túnel Tesalia, en el departamento de Caldas, se halló una pieza más para armar el rompecabezas que está narrando el pasado de buena parte del territorio que hoy lleva por nombre Colombia.
El anuncio lo hizo la Agencia Nacional de Infraestructura -ANI-. En dicho tramo, parte de la concesión Pacífico 3 que avanza en casi un 90%, fueron descubiertas y recuperadas 35 toneladas de material arqueológico fragmentado; 17.000 piezas de cerámica, 21.000 muestras de material paleoambiental y radiocarbónico y 744 restos óseos humanos.
En los últimos cinco años, en 19 proyectos viales de cuarta generación que se construyen en el país, se han encontrado 420 sitios arqueológicos. En total cerca de 2 millones de hallazgos entre restos humanos y animales, utensilios, piezas de orfebrería, cerámica, petroglifos, mejor dicho, cientos de huellas de diferentes períodos y que, según los arqueólogos involucrados en los proyectos, está arrojando información y futuras respuestas de una manera sin precedentes en el estudio del pasado en el país.
Más que construir una vía
Diego Morales, vicepresidente de Planeación, Riesgos y Entornos de la ANI, explicó que el modelo concesionado que maneja la entidad para las vías 4G y los proyectos en adelante exige, más que la construcción y apertura de una obra, la administración del entorno en lo social, ambiental, predial y arqueológico.
“En la etapa de factibilidad hacemos un diagnóstico que se construye con documentación técnica e incluso desde la oralidad de las comunidades, para determinar preliminarmente el potencial arqueológico que pueda tener el área que será intervenida. En la etapa preconstructiva, de acuerdo a lo encontrado, arrancamos con arqueología preventiva, a desarrollar en dos fases”, dice el directivo.
En la primera fase de prospección se realizan pequeñas excavaciones de 40x40 cm para verificar si hay vestigios. Dependiendo de qué se ubique se formula el plan de manejo arqueológico con el cual se hacen actividades de rescate de piezas y excavaciones a mayor escala, siempre, con la presencia y aprobación de un arqueólogo con licencia del Icahn (Instituto Colombiano de Antropología e Historia) y quien coordina la disposición de los hallazgos; su lugar de custodia y las investigaciones pertinentes.
Según Juan Manuel Díaz, coordinador del Grupo de Arqueología del Icanh, la intervención a gran escala del territorio que emprendieron los proyectos 4G corroboraron lo que ya la evidencia disponible sugería hacía décadas y es el “enorme potencial arqueológico que tiene todo el país”.
El experto señala que Colombia hoy cuenta con un volumen de hallazgos en tan corto tiempo, así como material con valor excepcional, gracias al rigor del Instituto para hacer cumplir los Programas de Arqueología Preventiva y Planes de Manejo Arqueológico, y “crear sinergias con las entidades que intervienen el territorio para que, en lugar de verlo como una piedra en el zapato, se vea como un todo en el que es vital la labor arqueológica”.
Esto dicen los hallazgos
Justamente Pacífico 3, que se integra a las conexiones 1 y 2, concentra un corredor emblemático de esta labor arqueológica, según cuenta Morales.
“En conjunto, los hallazgos nos han entregado información muy reveladora sobre los diferentes movimientos de comunidades entre Antioquia y el Eje Cafetero y casi que hasta el Valle del Cauca”. En el Suroeste antioqueño se han recuperado vestigios de períodos prehispánicos, coloniales y republicanos.
Según Díaz, tendrá que pasar un tiempo para que los análisis entreguen respuestas concluyentes. Lo cierto por ahora, en concepto del experto, es que tanto por la cantidad de material, como la consistencia y la amplitud de las áreas objeto de investigación y excavaciones, se puede anticipar la posibilidad de reconstruir en detalle aldeas y diversos asentamientos humanos; rituales fúnebres y prácticas sociales.
De la tierra a la radio
Omar Peña, arqueólogo encargado de la conexión Pacífico 3, señala que la finalidad de este material no son los laboratorios ni los anaqueles. “Las piezas tienen que volver a las comunidades en forma de conocimiento y apropiación”.
En esa tarea de divulgación, uno de los objetivos cruciales de la ANI y el Icahn, los estudiantes del colegio Nicolás Gaviria de Cañasgordas, en Antioquia, han dado ejemplo.
Los muchachos decidieron medírsele a un programa de radio llamado “Arqueología crece en mi pueblo”, en el que, de la mano de expertos, ponen a pensar a los pobladores del municipio y a los oyentes de casi 70 veredas de Cañasgordas y Uramita acerca de qué hacer con el patrimonio que está resurgiendo en Mar 2.
En los programas los estudiantes han interrogado a los habitantes sobre qué hacer con los restos humanos de más de 500 años hallados en la zona y también han conectado temas como la pandemia con las enfermedades detectadas en dichos restos humanos.
Según Julián Castañeda, arqueólogo del proyecto, la materialización, a través de este ejercicio de jóvenes reporteros, del derecho de los pobladores a conocer su historia, ejemplifica la finalidad que debe tener este patrimonio recuperado. Universidades, museos locales y casas culturales están recibiendo piezas para su protección y divulgación.
Cuenta Diego Morales que ya sostuvo una primera conversación con el Museo Nacional con miras a crear un modelo de divulgación, con exposiciones y diversos proyectos. “Hacíamos una comparación con los expertos del Museo entre los sitios arqueológicos más importantes en décadas y los que se han hallado durante las obras de las vías 4G y concluían que es de una magnitud enorme. Tenemos que ocuparnos entonces de cómo le vamos a contar al país lo que estamos encontrando”
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