Hoy hace dos años, la ilusión y la esperanza llegaron empacadas en las maletas de 57 familias que recibieron las primeras casas del nuevo Gramalote.
El trasteo no pudo ser más esperado. Ese 11 de marzo de 2017 fue todo ansiedad para los gramaloteros, quienes esperaron más seis años, desde aquella aciaga noche del 16 de diciembre de 2010, cuando un terremoto se tragó el pueblo.
Los retrawos e incumplimientos durante el gobierno del presidente Juan Mqauel Santos fueron la cruz que tuvieron que cargar. Pero desde su llegada al nuevo Gramalote las cosas han cambiado. Ya entregaron la alcaldía, la plaza principal, la plaza de mercado, la estación de Policía y la planta de tratamiento de aguas.
Pero no todo ha sido felicidad. El reasentamiento de las familias afectadas sigue a medio camino. Según datos del Fondo Adaptación, que administra los recursos de los cerca de 3.500 habitantes que tenía la antigua zona urbana, hoy viven en las nuevas casas unas 1.916 personas.
Para el Fondo esto tiene una explicación: se han entregado 677 casas y 31 están en proceso. El contrato para la construcción de viviendas vence el 7 de octubre cuando esperan entregar las 280 que faltan.
Sin embargo, hubo otros problemas. Entidades como la Personería y la Alcaldía han advertido retrasos e inconsistencias en la entrega de equipamientos e infraestructura, así como errores constructivos en las casas. Durante la rendición de cuentas de su mandato, realizada el pasado 11 de enero, el alcalde José Tarcisio Celis señaló que hay viviendas en las que se requiere reparar fallas estructurales.
Señaló que luego de que las viviendas fueron entregadas, la Administración municipal y la interventoría del proyecto tuvieron que visitar familia por familia, para explicarles el plan de acción para corregir los errores técnicos y de calidad detectados.