Cuando se habla de vacunación no se debe bajar la guardiay las autoridades de América Latina lo tienen claro. Por esto, el mundo encara un reto que puede afectar la salud de los ciudadanos: los movimientos antivacunas que, a través de información falsa, desvirtúan efectos en la salud en quienes las reciben.
Un informe de enero pasado de la Organización Mundial de la Salud (OMS) los calificó como uno de los 10 riesgos para la salud, entre los que también se destacan contaminación, ebola, VIH y dengue.
El asunto retoma vigencia este sábado, día nacional de vacunación, y jornada final de la semana de vacunación de las Américas, promovida por la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Algunos logros
De acuerdo con la OMS esta estrategia ha permitido la vacunación de 740 millones de personas en las Américas en los últimos 17 años que se ha conmemorado, consecutivamente, esta semana, que ha permitido eliminar o controlar seis enfermedades prevenibles por vacunación como poliomielitis, sarampión, rubéola, difteria y tosferina.
El Ministerio de Salud, al finalizar abril, tiene la meta de inmunizar a 336.000 niños menores de 6 años de edad, 56.000 gestantes y 10 mil adultos de más de 60 contra 26 enfermedades altamente transmisibles, como poliomielitis, tuberculosis, hepatitis, entre otras.
El ministro de Salud, Juan Pablo Uribe, invitó a los colombianos para que “acudan a los cuatro mil puntos de vacunación dispuestos” y agregó que, el gran reto nacional, es “llegar a coberturas superiores en aquellos lugares de difícil acceso y estamos tomando las medidas para ello”, teniendo en cuenta que, en general, en el país la cobertura de vacunación es del 96 %.
José Quintini, director médico del laboratorio Sanofi Pasteur para Colombia y Perú, reseña que la vacunación no solo tiene un efecto individual, sino que, en los grupos en los que se encuentren quienes las reciben, genera un efecto conocido como inmunidad de rebaño. “Si el 25 % de la población está vacunada, es difícil que la enfermedad trascienda”, indicó.
¿Por qué hay peligro?
Para la OMS, los movimientos antivacunas son un riesgo porque, pese a que la efectividad está comprobada científicamente y respaldada por diferentes instancias y organizaciones médicas, estos movimientos publican información falsa, en algunos casos, de manera sutil, para que en redes sociales se propague esta información.
El informe de la OMS sostiene que “la reticencia o la negativa a vacunarse amenaza con revertir los progresos realizados en la lucha contra las enfermedades prevenibles”.
Gloria Inés Sánchez Vásquez, directora del grupo de Investigación Infección y Cáncer, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Antioquia, señala que “no es nuevo que se registren este tipo de movimientos” que intentan desvirtuar la información científica. Agrega la investigadora, en la actualidad, con la masificación del internet, “las noticias falsas se vuelven más creíbles y estos grupos consiguen entregar su mensaje”, lo que se traduce en desinformación.
Por su parte, Quintini añade que hay un tercer grupo, que no es ni pro ni antivacunas, pero que “duda”. “Son personas que no están convencidas sobre la vacunación, pero que tienen dudas porque les llegó información no precisa relacionada con la realidad”, indica Quintini.
Además, dice que el mensaje que debe quedar claro es “educar a los profesionales de la salud para que escuchemos y respondamos las dudas de los usuarios” y, a los usuarios, que solo acaten la información de las autoridades oficiales, como el Ministerio de Salud en Colombia.
Regreso de enfermedades
La no vacunación, ya sea por temor o ausencia de vacunas, como sucede en Venezuela, de donde desde 2016, según la Organización de Naciones Unidas (ONU), han salido alrededor de 3,4 millones de personas, según la ONU, provoca que enfermedades como sarampión o difteria vuelvan a estar en el panorama.
Por ejemplo, el informe “La emergencia humanitaria en Venezuela”, publicado el 4 de abril pasado por Human Rights Watch (HRW), señala que “entre 2008 y 2015, solamente se registró un caso de sarampión (en 2012). Desde junio de 2017, se han informado más de 9.300 casos de sarampión, de los cuales se confirmaron más de 6.200”.
HRW indica que pese a que no se habían registrado casos de sarampión en Venezuela entre 2008 y 2015, salvo uno en 2012, desde junio de 2017 se evidenció el nuevo brote.
Ante esto, Quintini destaca que el fenómeno migratorio sí ha influido en la reaparición de estas enfermedades y naturalmente, como los ciudadanos están migrando, al no tener los esquemas de vacunación, llevan consigo las enfermedades, como sucedió en Colombia y en general en América Latina el año pasado, cuando hubo un pico de casos, que hasta noviembre pasado llegó a alrededor de 10.000 casos entre Colombia, Brasil, Ecuador, Perú y Argentina, países receptores