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Al ver en un mapa los resultados de la segunda vuelta presidencial, se concluye que los votos de Bogotá y de la periferia del país le dieron la victoria a Gustavo Petro sobre su contendor Rodolfo Hernández.
El representante de la izquierda fue el preferido por los sufragantes de 16 de los 32 departamentos, además de la capital, que le aportaron 11’281.002 votos (con el 99,99% de las mesas informadas), que representaron el 50,44% del total de sufragios.
El fortín de Petro fue Bogotá, la ciudad en la que fue alcalde (2012-15), donde obtuvo 2’253.997 respaldos del electorado (58,59%).
También fue ungido por los votantes en la Costa Caribe, algo inesperado para algunas toldas políticas, porque arrasó con las pretensiones del clan Char, los barones electorales de la Costa, quienes le estaban haciendo campaña a su oponente.
En Atlántico, en pleno corazón proselitista de los Char, el Pacto Histórico se llevó el 67,06% de los sufragios (672.832). Incluso, ganó en Barranquilla con el 64,16%.
La Costa Pacífica favoreció de igual manera al nuevo Presidente, al igual que el sur de la nación, donde hay una mayoría poblacional de afrodescendientes e indígenas.
Al comparar estos resultados con la primera vuelta, el mapa de sus victorias es casi idéntico, con dos excepciones: Quindío y Risaralda, que antes lo respaldaron, y en la segunda vuelta apoyaron al rival.
Conociendo los sitios en los que su gestión fue favorable, a Petro le queda el enorme reto de convencer a los ciudadanos del centro del país, los Llanos Orientales, los Santanderes y Antioquia.
En este último departamento su derrota es llamativa, pues tenía como aliado a Daniel Quintero, alcalde de Medellín. El mandatario fue suspendido de manera provisional por la Procuraduría, debido a su presunta participación en política a favor de Petro.
Incluso, puso a disposición de la campaña del Pacto Histórico a los principales secretarios de su gabinete, quienes renunciaron a sus cargos para sumarse a la estrategia.
Pese a esto, en Antioquia ganó Hernández, con el 63,93% (1’822.700 votos); puntualmente en Medellín ese aspirante obtuvo el 62,55% (684.161), mientras que Petro registró 34,04% (372.356).
Hernández también se impuso en los consulados a nivel general, con el 60,65% (183.237). Es importante aclarar que su mayor éxito lo obtuvo en Norte y Centroamérica; en cuanto a Suramérica, ganó en Venezuela, Perú y Bolivia, naciones gobernadas por presidentes de izquierda.
Petro lo derrotó en Chile, Argentina, Brasil y Uruguay, así como en Europa, Asia y Oceanía.
Como dato curioso, Hernández venció en Vichada, el departamento que ni siquiera sabía dónde quedaba. A pesar de semejante afrenta, los ciudadanos le dieron el 59,02% de los votos (11.447).
Al margen de quienes estuvieron en la segunda vuelta, otra conclusión que dejó la jornada fue el declive del uribismo, la fuerza política que había puesto a los últimos tres presidentes y ostentó el poder desde 2002. En esta ocasión se quedó sin candidato propio (Óscar Iván Zuluaga renunció) y los aspirantes independientes que respaldó, Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández, se quedaron rezagados en la primera y segunda vuelta, respectivamente.
Otros partidos tradicionales, como el conservatismo y el liberalismo gavirista, tampoco obtuvieron el favor del pueblo.