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¿Por qué es crucial defender la democracia?

En momentos críticos como los que vive el país, y a pocos días de que se cierren las inscripciones de candidatos al Congreso de la República, es clave saber por qué los colombianos tenemos que cuidar la democracia. Aquí le presentamos un Abecé.

  • Venezuela registra el mayor éxodo en la historia de América Latina: 7,7 millones de migrantes y refugiados. Más del 80 % de la población vive en pobreza multidimensional, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi). Y por eso se escaparon de ese país más de 7,7 millones de ciudadanos. FOTO AFP
    Venezuela registra el mayor éxodo en la historia de América Latina: 7,7 millones de migrantes y refugiados. Más del 80 % de la población vive en pobreza multidimensional, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi). Y por eso se escaparon de ese país más de 7,7 millones de ciudadanos. FOTO AFP
Luz María Sierra

Directora de EL COLOMBIANO.

hace 47 minutos
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A la democracia –como al agua o a la energía eléctrica–, los colombianos la damos por descontada. Creemos que va a durar toda la vida, pero la noticia –la mala noticia– es que si no la cuidamos la podemos perder.

Y no es un cuento. Hoy, el 72 % de la población mundial, es decir, 5.800 millones de personas, viven bajo regímenes autoritarios, según datos de Democracy Report 2024 del V-Dem Institute (Universidad de Gotemburgo). Mientras que solo el 28 % –unos 2.300 millones– vivimos en países democráticos.

El hecho de que durante 200 años el país ha vivido regida por un sistema democrático –con un breve bache en la época de la junta militar–, tal vez hace que a los colombianos se les haga difícil imaginar que las libertades que disfrutan hoy las pueden perder.

Sucede como con la electricidad o el suministro de gas. Todos los días nos levantamos, encendemos la luz, calentamos un café y revisamos el celular para ver qué ha pasado o quién nos ha llamado. Nada de eso podría hacerse sin energía eléctrica.

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Lo mismo pasa con la democracia, el día que falte no podremos hacer muchas cosas de las que hoy disfrutamos: a la gente que vive en países sin democracia, por ejemplo, le bloquean el internet, o les prohíben salir del país, o no les permiten montar un negocio propio o corren el riesgo de la pena de muerte si dan una opinión que no le guste al régimen.

Las dictaduras, además, hacen más difícil la vida cotidiana. Desde enviar un mensaje por WhatsApp hasta comprar leche, viajar, trabajar o ir al médico, todo queda condicionado por un dictador que controla cada aspecto de la vida.

La democracia se funda en unas reglas que deben ser cumplidas por todos (la Constitución y las leyes) y la alternancia del manejo del poder (que cada periodo de 4 o 5 años se vuelve a llamar al pueblo para que elija al presidente y a los congresistas)

¿Qué cambia en mi vida si existe o no existe democracia?

Mucho más de lo que parece. La democracia permite desde cosas tan sencillas como elegir en cuál universidad estudiar, elegir tu EPS o a tu alcalde, hasta poder vivir en tu país porque están dadas las condiciones económicas y jurídicas para hacerlo.

¿Cuál sería un ejemplo de lo que se pierde?

Cuando se pierde la democracia la conexión a Internet se convierte en un privilegio escaso. En Cuba la navegación en la web está controlada. Los datos móviles son caros y pocos. El gobierno bloquea webs críticas y la conexión puede costar hasta una tercera parte del salario.

En Irán hay bloqueos frecuentes de WhatsApp, Instagram y cientos de páginas. Cuando hay protestas en las calles se aplican “apagones digitales” que dejan al país desconectado por semanas.

China bloquea más de 10.000 sitios web, incluyendo Google, YouTube, Wikipedia y la mayoría de redes sociales globales. El régimen destina miles de millones a un aparato de vigilancia digital. La gente vive dentro de un “internet paralelo” vigilado.

¿Y a la vida cotidiana como la afecta la falta de democracia?

La vida diaria, en algunos países que perdieron la democracia, se convierte en un desafío de cómo conseguir comida, gasolina, pañales y medicinas, día tras día. En Venezuela se han visto largas colas para gasolina, medicinas y alimentos. El desabastecimiento de alimentos llevó a que el 79% de los hogares tuviera inseguridad alimentaria severa en 2017.

En Cuba desde hace décadas dependen de la “libreta” de racionamiento, con cantidades estrictas de arroz, frijol, aceite, pollo, etc. En Corea del Norte, la población sobrevive con raciones mínimas del Estado; cualquier compra por fuera genera sospecha y riesgo.

¿Es cierto que en los países que pierden la democracia la gente no puede salir de ellos?

En algunas dictaduras es así. Salir del país —o incluso de la ciudad— requiere permiso del Estado. La gente vive encerrada en su barrio, su ciudad o su isla, según lo permita el Estado. En Cuba por décadas fue necesario un permiso (“tarjeta blanca”) para viajar al exterior; hoy, aunque abolida formalmente, el Estado niega pasaportes a críticos o les prohíbe salir.

En Eritrea nadie puede salir del país sin autorización, y el servicio militar obligatorio puede durar toda la vida. Y en Corea del Norte, viajar dentro del país exige permisos internos; mudarse es prácticamente imposible.

¿Y por qué en países en los que acaban con la democracia por el contrario la gente se va?

Así es. La gente no abandona los países democráticos; huye de los autoritarios. Se dan éxodos masivos porque con las dictaduras el país se vuelve inhabitable. Siria, por ejemplo, vive la peor crisis humanitaria del siglo XXI: 6,8 millones de refugiados externos y 6,7 millones de desplazados internos. Venezuela registra el mayor éxodo en la historia de América Latina: 7,7 millones de migrantes y refugiados. Y Cuba acumula más de dos millones de exiliados desde 1959; solo en 2022, 313.000 cubanos llegaron a Estados Unidos.

¿Por qué cuando se acaba la democracia se afecta la economía de la gente?

Cuando no hay democracia se suele vivir maluco. En Venezuela, por ejemplo, más del 80 % de la población vive en pobreza multidimensional, según Encovi. Y por eso se escaparon de allí más de 7.7 millones de venezolanos.

Durante el gobierno autoritario de Robert Mugabe (1980–2017), Zimbabue pasó de ser uno de los países agrícolas más productivos de África a una nación en crisis permanente. En 2008, el país experimentó una hiperinflación tan extrema que la tasa llegó a 79.600.000.000 % mensual, según el Fondo Monetario Internacional.

El Banco Central emitió billetes de hasta 100 billones de dólares zimbabuenses, que no alcanzaban ni para comprar un pan. Lo mismo que ocurrió en Venezuela, los billetes de bolívares solo terminaron sirviendo para hacer con ellos artesanías de papel.

En democracia, el respeto al Estado de Derecho y la transparencia son esenciales para garantizar estabilidad económica y bienestar ciudadano.

¿Por qué se destruye el aparato productivo?

Porque no se siguen las reglas, el Estado controla el empleo o la empresa privada está asfixiada. En Cuba, por ejemplo, acabaron con la empresa privada y la mayor parte del trabajo es estatal. Para emprender ahora se necesitan muchos permisos, inspecciones y hay riesgos de cierre.

En Turkmenistán a la gente le toca trabajar en fábricas del Estado bajo presión y el despido puede usarse como castigo político.

Otro tanto ocurrió en Venezuela, en donde el ataque a la empresa privada, el control de precios y una exagerada regulación destruyó el empleo formal. Muchas empresas quebraron y el salario mínimo llegó a equivaler a menos de 5 dólares mensuales.

¿La falta de democracia afecta a la salud?

La vida diaria se empobrece en lo más básico: estudiar y sanar. En Venezuela, han dado la vuelta al mundo las fotografías de los hospitales sin agua, sin luz y sin insumos; programas de vacunación colapsados y 7 de cada 10 centros médicos sin equipos básicos.

En Corea del Norte, la educación está centrada en adoctrinamiento; muchas familias no tienen acceso a información científica o cultural libre.

Y Cuba, aunque tiene médicos capacitados, le falta medicinas, implementos y especialistas; miles de médicos se van del país cada año.

¿Qué ocurre cuando no hay libertad de prensa?

En Corea del Norte, todos los medios están controlados por el Partido del Trabajo y la familia Kim. El país ocupa el puesto 180 de 180 en el Índice Mundial de Libertad de Prensa (2025), es decir, el último lugar.

No existe prensa independiente: solo se difunden mensajes propagandísticos que glorifican al líder Kim Jong-un y ocultan la grave crisis humanitaria.

La población vive aislada del mundo exterior, sin acceso libre a internet ni a medios extranjeros, y cualquier intento de difundir información contraria al régimen puede ser castigado con prisión o muerte.

La falta de prensa libre impide denunciar abusos, corrupción o violaciones de derechos humanos.

¿Qué riesgos hay cuando no hay alternancia política?

En Cuba, desde 1959 hasta hoy, una misma línea de poder ha gobernado sin permitir elecciones libres ni competencia partidaria real. Esto ha generado una desconexión entre el gobierno y las necesidades del pueblo, así como una fuerte migración de jóvenes y profesionales.

La alternancia en democracia permite renovar ideas, corregir errores y mantener viva la representación ciudadana.

¿Por qué es peligrosa la concentración del poder en una sola persona?

En Venezuela, el poder se ha concentrado progresivamente en el Ejecutivo desde la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999 y, con mayor severidad, durante el mandato de Nicolás Maduro.

El gobierno controla al Tribunal Supremo de Justicia y del Consejo Nacional Electoral de tal manera que “gana” todas las elecciones y todos los pleitos.

Este martes, por ejemplo, se supo que Rafael Tudares Bracho, yerno del presidente electo de Venezuela, Edmundo González Urrutia, al que Maduro no dejó posesionar, fue condenado a 30 años de cárcel simplemente por ser el yerno de quien osó desafiar (y ganarle) a Nicolás Maduro en las urnas. Además el proceso penal en su contra se hizo de manera casi clandestina.

Esta concentración del poder ha convertido la represión en política de Estado, sin que exista una institución independiente que pueda frenar el abuso.

¿Qué pasa cuando se borran en un país las elecciones libres?

En Bielorrusia, bajo el régimen de Aleksandr Lukashenko, las elecciones han sido sistemáticamente manipuladas, impidiendo una alternancia real en el poder desde 1994. Esto ha generado protestas masivas, represión y un profundo aislamiento internacional.

La democracia es el sistema de gobierno que permite corregir sin derramamiento de sangre. Garantiza el cambio pacífico mediante el voto, y reconoce el derecho de la ciudadanía a elegir y ser elegida.

¿Qué pierde un país cuando pierde la alternancia?

Cuando un dictador se aferra al poder es prácticamente imposible sacarlo. Y el problema es que si es malo el país sufre mucho. El poder, además, suele producir una particular adicción en quien lo ejerce de manera absoluta.

La alternancia en el poder permite frenar errores. Convierte la rabia ciudadana en votos, no en balas. Cuando no hay democracia, la vida humana se convierte en materia descartable. La oposición y cualquier humorista o persona que piense distinto se vuelve objetivo militar del Estado.

Corea del Norte mantiene entre 80.000 y 120.000 prisioneros políticos en campos de concentración bajo tortura, trabajos forzados y ejecuciones sumarias, según datos de la ONU.

En Siria, el régimen ejecutó hasta 13.000 personas en la prisión de Saydnaya desde 2011, según Amnistía Internacional.

En el Chile de Pinochet, la Comisión Valech acreditó más de 3.200 asesinados y desaparecidos y 38.000 víctimas de tortura.

¿Qué sucede con los derechos de las minorías en regímenes autoritarios?

En Myanmar, la dictadura militar ha perseguido a la minoría rohingya, con campañas de limpieza étnica que han llevado a miles de muertes y más de 700.000 desplazados. Colombia si terminara en manos de un dictador, hipotéticamente, podría emprender una guerra a muerte contra una región del país que no sea de su agrado. En las democracias, aunque imperfectas, existen mecanismos legales y sociales para proteger a las minorías y sancionar actos de discriminación y genocidio.

¿Por qué es grave la desaparición del Estado de Derecho?

Durante la dictadura argentina (1976–1983), el Estado operó fuera de todo marco legal: más de 30.000 personas fueron desaparecidas sin juicio ni defensa. Se instaló el “terror de Estado”, donde cualquier ciudadano podía ser arrestado o asesinado por sospechas políticas. La democracia, en cambio, se rige por leyes, procesos judiciales y garantías para todos los ciudadanos.

Corrupción total: el Estado como botín

Cuando no hay controles, el poder se dedica a saquear. Los casos ya mencionados de Zimbabwe (hiperinflación de 89.700 trillones en 2008), así como Venezuela que perdió más del 75% de su PIB entre 2013 y 2023, y la dictadura militar argentina (1976–1983), que hizo crecer la deuda externa, acabaron con los fundamentos de progreso de cada país.

Sin instituciones democráticas, el saqueo deja de ser excepción y se vuelve sistema.

A manera de conclusión

La democracia no es solo un sistema de gobierno: es una garantía de vida, libertad, derechos, verdad, justicia y prosperidad. Allí donde la democracia desaparece, emergen de inmediato cinco constantes: muerte, silencio, saqueo, tortura y exilio.

La democracia puede que tenga muchos errores; las dictaduras, en cambio, tienen muchos horrores.

No sobra darle una mirada al entorno de cada uno y preguntarse: ¿Qué señales pueden indicar un debilitamiento de la democracia? ¿Cómo podemos defenderla?

La democracia no es perfecta, pero es el único sistema que garantiza que el poder no se convierta en patrimonio privado. Y en tiempos de nuevas dictaduras digitales, populismos mesiánicos y líderes que gobiernan a punta de emociones, defender la democracia no es un lujo: es un acto de supervivencia colectiva.

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