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La salida de Marta Lucía Ramírez de la vicepresidencia de la República es casi un hecho. El presidente Iván Duque se ha referido al tema en dos oportunidades, lo que hace presagiar que la actual funcionaria irá a las urnas en 2022 en busca del máximo puesto del ejecutivo.
El presidente Duque dijo la semana anterior que si reemplaza a Ramírez lo hará con una mujer. Adicional a eso, en los pasillos de la Casa de Nariño se escucha decir que la nueva vicepresidenta también ostentará el cargo de Ministra de Relaciones Exteriores.
Actualmente en la lista suenan varios nombres, entre ellos la de la ministra de Transporte, Ángela María Orozco; las también ministra de Educación, María Victoria Angulo; y de las TIC, Karen Abudinen; y aparece un nombre nuevo como lo es Ángela Ospina de Nicholls, directora de la Agencia para la Cooperación.
A mediados del año pasado el rumor de la renuncia de Ramírez tomó fuerza, ante esto el Partido Conservador exigió que el reemplazo de la funcionaria perteneciera a esas toldas; mientras que el Centro Democrático argumentaba que la vicepresidente había sido elegida por firmas y que era ese movimiento el llamado a sucederle en el cargo.
Sin embargo, esa vieja puja ya se olvidó en el Centro Democrático, que asegura serán los conservadores los que deben reemplazar a Ramírez. De hecho, COLPRENSA conoció que el expresidente Álvaro Uribe, jefe natural del partido, ha dicho en varios círculos cercanos al presidente Iván Duque que si hay un reemplazo debe pertenecer a esa colectividad.
El senador José Obdulio Gaviria, en una entrevista concedida a la W Radio, confirmó la tesis, aduciendo que se debe respetar el acuerdo político que permitió la llegada de Iván Duque a la Casa de Nariño.
Sin embargo, este cálculo político no está basado en los acuerdos de hace tres años. Las toldas conservadoras van a ser importantes, pues tienen 21 parlamentarios en Cámara y 19 en Senado, lo que sin dudas ayudará a establecer mayorías en la votación de proyectos como la Reforma Tributaria.
Además, en víspera de elecciones el Centro Democrático quiere conservar la amistad azul, pues ese partido, junto a La U y a algunos independientes, hará parte de la coalición de derecha con la que espera disputar el poder en las próximas elecciones.
Ante estos hechos solo hace falta que la funcionaria tome la decisión, que según indica la ley debe ser un año antes de las elecciones, y esto, en caso de que sea una consulta interna sería en marzo del 2022.
De ir con los conservadores, Marta Lucía tendrá que disputar el puesto con el exministro de Defensa Juan Carlos Pinzón, el expresidente de Ecopetrol Juan Carlos Echeverry, el exministro Mauricio Cárdenas y los senadores David Barguil y Efraín Cepeda, quienes sostuvieron una reunión la semana pasada en la casa de Noemí Sanín.
La historia de Ramírez con los conservadores ha sido complicada. En 2018 formalizó su aspiración por el Movimiento Significativo de Ciudadanos ‘Por Una Colombia Honesta y Fuerte’, con lo que logró cerca de 1 millón de apoyos en la consulta interna y que derivó en su cargo como vicepresidente. Pese a este hecho político, el presidente del partido, Omar Yepes, continúa reclamándola en las toldas azules.
Así las cosas habrá que esperar a que Ramírez presente su carta de renuncia y a que el presidente Iván Duque tome la decisión de reemplazarla con alguno de los nombres que suenan en la baraja.
Congreso llamado a elegir
En caso de una falta absoluta de la vicepresidente, y según el artículo 205 de la Constitución, es el Congreso el llamado a elegirla.
“En caso de falta absoluta del vicepresidente, el Congreso se reunirá por derecho propio, o por convocatoria del Presidente de la República, a fin de elegir a quien haya de remplazarlo para el resto del período. Son faltas absolutas del Vicepresidente: su muerte, su renuncia aceptada y la incapacidad física permanente reconocida por el Congreso”, indica la Carta Política.
Este caso, del Congreso eligiendo vicepresidente, ya se presentó dos veces con la nueva Constitución. La primera en el gobierno de Ernesto Samper cuando Humberto de la Calle renunció y se eligió a Carlos Lemos como nuevo vicepresidente.
La segunda en el Gobierno de Juan Manuel Santos, que con la renuncia de Germán Vargas Lleras dio paso a la elección de Oscar Naranjo. Esta vez, entonces, serán las bancadas las llamadas a elegir nueva vicepresidente en caso de la renuncia de Ramírez.
La pregunta en este caso, entonces, es si con el desgaste político del presidente Duque logrará que el Congreso elija alguien de su línea política.
Según Carlos Arias, analista docente de la maestría en Comunicación Política de la Universidad Externado, “aunque haya un desgaste reputacional de la opinión pública de la imagen del presidente. Es claro que las bancadas que presiden la Cámara y el Senado le van a firmar el cheque, porque la llegada de una vicepresidente de corte regional va a fortalecer una posible alianza de candidatos presidenciales de las regiones con el Centro Democrático, que es lo que se está tejiendo entre bambalinas”.
El analista político Rubén Sánchez, de la Universidad del Rosario, indicó que “estamos en época preelectoral, el desgaste del gobierno es muy grande y este puede ser el primer pulso con los congresistas. Puede ser que el Congreso haga oposición al candidato de Duque, que lo puede poner en serios aprietos”.
Para Bibiana A. Clavijo, profesora de Ciencia Política y Marketing Político, “la Vicepresidencia es uno de los puestos más codiciados en la política nacional por la posibilidad que tiene en la toma de decisiones y disposición de gasto. Pese a la baja legitimidad o el desgaste del presidente, su bancada va a dar toda la pelea por no perder este cargo tan importante”.