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¿Le gustaría que lo discriminaran?, la pregunta tras otro hecho de intolerancia

  • Captura de video de cuando el hombre, presuntamente agresor, le da su versión de los hechos a la Policía. FOTO Captura de pantalla
    Captura de video de cuando el hombre, presuntamente agresor, le da su versión de los hechos a la Policía. FOTO Captura de pantalla
16 de abril de 2019
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El caso de homofobia, registrado el fin de semana pasado en un centro comercial de Bogotá, deja a la vista que la intolerancia sigue viva en la sociedad colombiana.

Así lo interpreta Carlos Charry, doctor en Sociología de la Universidad del Rosario, quien destaca que la agresión verbal contra la pareja de hombres homosexuales en este centro comercial vulnera todo tipo de derechos pues, no se conoce evidencia que en efecto deje ver que hubo actos obscenos de la pareja.

“En este caso, la violencia contra estas personas se origina en razón de que la persona presuntamente agresora se cree con la superioridad moral de “corregir” la conducta de la pareja de hombres homosexuales, a quienes trata como “niñas” y como “animales”, es decir, llega incluso a considerarlos como menos que humanos. El agresor considera que tiene la autorización de hacerlo en función de que, según él, se está cometiendo una conducta inapropiada frente a unos menores de edad”, señala el experto.

(Lea aquí Denuncian actos discriminatorios a pareja gay en centro comercial de Bogotá)

Ante esto, Gustavo Adolfo Pérez Rodríguez, coordinador del Área de Derechos Humanos de Colombia Diversa, señala que no es el primer caso ni será el último. “Como Colombia Diversa no tenemos cifras para decir si son muchos o pocos los casos que se registran, seguramente son más que los conocidos por la atención mediática”.

Charry, además, considera que todos los ciudadanos deben tener claro que nadie está en la autorización de ejercer ningún tipo de violencia en contra de nadie, sin importar las diferencias.

“Lo que debió haber hecho la persona presuntamente agresora fue haber llamado a las autoridades del centro comercial y estos a su vez a la Policía, pero al esgrimir juicios de valor (desde una presunta “autoridad moral” que le confieren sus valores o creencias) lo que posiblemente terminó constituyéndose fue un acto de discriminación, los cuales están tipificados por la Ley Anti Discriminación (ley 1482 de 20011), razón por la cual la pareja de hombres homosexuales indicó que procederán a demandarlo”, continúa Charry.

Por su parte, el vocero de Colombia Diversa sostiene que “nos preocupa porque se utiliza el bienestar de los niños y las niñas para promover los prejuicios y estereotipos negativos contra la comunidad LGBT”, pues el agresor arguyó que la expresión de afecto de la pareja de hombres se convertía en una agresión contra menores de edad que estaban en el establecimiento.

De igual manera, José Giraldo, presidente de la Fundación Plataformas en el Eje Cafetero, señala “las parejas del mismo sexo tienen derecho a las demostraciones de afecto y estamos amparados por la ley. Todo acto contra estas expresiones señala un claro hecho de discriminación”.

Asimismo, el experto señala que otro asunto que se tiene que explicar e investigar es el presunto caso de “abuso de autoridad” de los uniformados, pues procedieron a imponer un comparendo a la pareja de homosexuales, “por un supuesto acto indebido en un espacio público, y además porque no explicaron a los presuntos infractores la razón del comparendo”. Asimismo, desde Colombia Diversa destacan que “nos preocupa que se siga viendo como obsceno que una parea de hombres o mujeres se dé un beso o un abrazo por el simple hecho de que no sea una pareja heterosexual”.

Aquí hay que tener en cuenta que directivos del centro comercial, en entrevista con W Radio, señalaron que tras revisar el video no encontraron actos obscenos que vulneraran los derechos de los demás visitantes del establecimiento comercial. Por eso, en redes sociales están convocando a una besatón en el centro comercial, para rechazar este tipo de hechos.

Según el analista, lo claro es que para respetar los derechos de todas las minorías, se debe “entender que los nuestros valores y creencias religiosas, políticas o culturales no son ni superiores ni inferiores a las de los demás”.

De igual manera, dice el analista, detrás de la violencia simbólica (y casi física) “que se configuró en el caso en cuestión, lo que opera es un sentimiento de superioridad moral infundado, tal y como ocurre en el machismo, el racismo, el clasismo y otra serie de conductas similares, las cuales están muy atraídas en nuestra sociedad”.

Sin embargo, Colombia Diversa destaca que hubo una lección en este suceso, relacionadq con el apoyo, apreciado en los videos, de otros ciudadanos, quienes de una u otra manera encararon al agresor para cuestionarle su accionar y, segundo, la necesidad de “trabajar con los criterios que utiliza la Policía para emprender las actuaciones de sus uniformados, porque lo que vimos es que el Código de Policía es claro en que no se pueden interpretar las demostraciones de afecto como actos obscenos”.

Así las cosas, concluyen Charry y Pérez Rodríguez, lo primero que se debe realizar como sociedad es pensar antes de actuar y preguntarse si a usted le gustaría que lo discriminaran y violentaran de cualquier manera.

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