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Los recuerdos de los soldados que sobrevivieron a 20 años de guerra

Dos exmilitares cuentan sus experiencias después de dos décadas de servicio por todo el país.

  •  60 militares de la VII División se retiraron en 2015. FOTO Ejército
    60 militares de la VII División se retiraron en 2015. FOTO Ejército
Recuerdos de los soldados que sobrevivieron a 20 años de guerra
06 de enero de 2016
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Ser soldado profesional en Colombia significa, entre muchas otras cosas, sacrificio. Pero llegar a los 20 años de actividad y poder terminar el servicio por el país, es un logro que no muchos pueden contar con finales felices. Esa historia la escribieron 665 hombres que se retiraron de la institución en 2015, e iniciaron este 2016 como civiles.

A todos les tocaron las épocas más difíciles del conflicto armado que vive Colombia, cada uno tiene recuerdos buenos, malos, trágicos, pero siempre llegan a la misma conclusión: todo lo vivido fue con amor a la patria, a la familia que tuvieron y formaron durante el tiempo que estuvieron en el Ejército.

“Nuestros soldados son personas que en un año solo ven dos veces a sus familiares, una vez en el primer semestre y otra vez en el segundo semestre, por eso ahora, que la institución los regresa al seno de sus hogares, se sienten muy orgullosos. A mí personalmente me impactó mucho percibir en muchos de ellos un sentimiento de nostalgia por dejar las filas del Ejército, de manera que fue muy importante eso, porque a pesar de que regresan muy contentos a sus casas, sienten la nostalgia que les brinda la pérdida de su institución que los tuvo durante 20 años”, comentó el general Leonardo Pinto, quien hasta diciembre fue comandante de la Séptima División del Ejército y ahora se encuentra en el Estado Mayor de esa institución.

Recuerdos para toda la vida

Hugo León López es uno de esos soldados profesionales que pasaron a la vida civil y califica sus 20 años como “maravillosos, llenos de recuerdos buenos, malos o tristes al lado de compañeros que volví a encontrar después del retiro, muchas historias con una mezcla de emociones inolvidables”.

Aunque sirvió en las Fuerzas Especiales, en la escuela de lanceros, en la dirección de reclutamiento y hasta en Presidencia, sus pensamientos siempre terminan en un sitio conocido como Tamborales, ubicado en zona rural y limítrofe de los municipios de Mutatá, Antioquia y Riosucio, Chocó. Allí el 14 de agosto de 1998 un ataque de varios frentes del bloque José María Córdoba de las Farc, que alcanzaron a sumar cientos de guerrilleros, tomaron por sorpresa a las unidades militares. Ese día partió su historia en dos.

“Éramos unos 150 hombres y entramos en choque con 2.000 guerrilleros, después de horas de combate se nos acabaron las municiones, quedamos limpios, ahí inició el desespero de ver cómo morían y morían soldados, nos tocó tomar esos cuerpos de los compañeros y armar una pila para que nos sirvieran como trinchera, eran nuestros compañeros caídos, con quienes reímos la noche anterior, pero en ese momento era cuestión de vida o muerte, nos tocó usarlos como barrera para poder sobrevivir”, recuerda Hugo León, quien agregó que lo peor para él, apenas iniciaba esa misma noche.

Los combates terminaron con 42 soldados muertos y 21 secuestrados, entre ellos Hugo León, “allá estuve casi tres años secuestrado, por fortuna se dio una oportunidad y logré escapar con una guerrillera, quien era la pareja de un comandante y después de tanto maltrato, me escuchó y la logré convencer para que nos escapáramos, y así fue, nos volamos ella, otro soldado y yo; logramos sobrevivir 15 días en el monte con una libra de panela y otra de azúcar hasta que encontramos la tropa y logramos salvarnos, porque ya los guerrilleros estaban cerca y allá no volvía con vida”, relata el exmilitar, quien poco sabe sobre el presente de la mujer que lo ayudó a recobrar la libertad, “ella está viva y creo que está en Canadá, gozando de un asilo político”, dice.

Con los mejores

Las operaciones denominadas “Odiseo” y “Fénix”, en las que murieron “Alfonso Cano” y “Raúl Reyes”, los dos principales hombres de las Farc, siempre serán motivo de orgullo para William de Jesús Posada Úsuga, exsoldado profesional quien también le dijo adiós a la institución, que según el, “lo formó como persona y lo convirtió en hombre y héroe de la patria”.

Este exintegrante de las Fuerzas Especiales del Ejército fue uno de esos hombres que tras los bombardeos a los campamentos guerrilleros, tenía como misión copar y asegurar la zona afectada y recuperar los cuerpos de las “personas importantes” que murieron luego de los ataques.

William recuerda que tras el bombardeo a “Raúl Reyes”, el movimiento de tropa fue algo que nunca antes había visto, “no pensábamos que iba a caer alguien grande, pero después de ver tantos cadáveres, los especialistas se fijaron específicamente en uno, al rato nos contaron que era él”.

A pesar de todo lo vivido en el Ejército el exsoldado Posada, nunca va a olvidar la muerte de un compañero en el departamento de Meta, “él sintió el disparo y gritó que le habían dado, cuando llegamos donde estaba, sonreía y así murió, con una sonrisa en su cara. Fue ahí donde entendí que todo esto valió la pena”.

Tiempo para la familia

Después de esos 20 años de servicio, en los que estos soldados rieron, gozaron, sufrieron, lloraron y dejaron atrás a decenas de compañeros y amigos, dedican su tiempo para su familia, las personas más contentas con esa “jubilación” son cientos de mamás, papás, esposas e hijos que tuvieron que pegarse de oraciones para pedir que esos soldados regresaran y lograran superar cada día.

Adriana María Cano Sepúlveda es la esposa de Hugo León López, dice que no hay mujer que sea más feliz que ella y reconoce que aunque quedan secuelas porque mi esposo aún tiene pesadillas y se levanta asustado, yo lo admiro mucho por su valentía y por el hombre que es. Ahora puedo disfrutarlo ciento por ciento, tenemos muchos planes y sueños. Gracias a Dios que pudo regresar sano y salvo después de 20 años, mis oraciones fueron escuchadas.

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