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Guadalupe, Santander, con 6.800 habitantes, es uno de los 40 territorios de Colombia que, según la actualización semanal del Ministerio de Salud, no tiene coronavirus.
Sin embargo, esta semana, el virus fue detectado en cinco de esas zonas, según confirmó EL COLOMBIANO, lo que, seguramente provocará que la próxima semana se refleje en los datos del Ministerio.
Guadalupe, de 305 años de fundado, se ubica a una distancia que se puede recorrer entre cuatro y seis horas desde Bucaramanga por tierra, no tiene aeropuerto y en su parque tiene 79 palmeras de unos 15 metros de alto, que acompañan a la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, de copo rojo y construida en piedra.
Tiene una temperatura promedio de 19°C y entre marzo y agosto, según José Navarro, operador turístico y propietario del Hostal Donde José, el municipio “parecía un pueblo fantasma”.
Así lo describe, al relatar que las medidas adoptadas por la Alcaldía obligaron a sus habitantes a cumplir con un aislamiento estricto, con el fin de evitar que el virus llegara, misión que hasta el momento se ha cumplido. “Veíamos eso como una mentira, pero hoy ya todos tenemos el chip de la covid-19”, agrega José.
Sergio Daniel Sierra, secretario de Salud, confirma lo que relata José, al explicar que “parte del éxito ha sido tener restricciones a la movilidad, mientras el Gobierno Nacional dejó”.
También destaca que las estrategias de promoción y educación de las medidas, como usar el tapabocas, lavar las manos y respetar el aislamiento han sido claves.
“Otro factor que nos arrojó un mayor impacto fue tener puesto de control a la entrada, en el que no podían ingresar personas sin situaciones particulares, como ir al médico o hacer vueltas en la Alcaldía o la notaría”, agrega el funcionario, quien destaca que hasta el viernes se habían realizado 200 pruebas de detección del coronavirus, ninguna positiva.
Julián Fernández Niño, director encargado de Epidemiología y Demografía del Ministerio de Salud, explica que la coincidencia de las poblaciones a las que no ha llegado el virus es que son relativamente lejos “de los centros urbanos, hay dispersión poblacional o alta población rural” (ver infografía).
Además, reitera que la pandemia ha sido asincrónica, por lo que no todos los territorios la sintieron o viven de la misma manera. Recuerda que, por ejemplo, el primer pico se dio en Amazonas, luego en Barranquilla y en general en Atlántico, y posteriormente en otras capitales. Actualmente, se vive en Antioquia y el Eje Cafetero.
No obstante, sostiene que hay otro extremo y tiene que ver con los territorios que apenas tienen sus primeros casos o los que aún no reportan ni muertes ni contagios. “Es una expresión de esa heterogeneidad que tenemos”, menciona el funcionario.
Dando una visión más técnica del asunto, destaca que cuando se tiene una pandemia en fase temprana, ya no en un país sino en un territorio, resulta algo a lo que se le llaman semillas. “Se necesita cierto número de semillas para generar un brote”, lo que no ha sucedido en estas zonas.
Finalmente, dice que el hecho de que hoy aparezcan sin covid “no quiere decir que no entraron casos a estas zonas, pero cuando las semillas son muy pequeñas, se da baja transmisión y el brote se autocontiene”.
Como se dijo inicialmente, este diario confirmó que en Almeida (Boyacá), Murillo (Tolima), Güicán (Boyacá), San José del Palmar (Chocó) y Paime (Cundinamarca), el virus fue detectado por primera vez esta semana.
La explicación de que aún no aparezcan en el reporte de Minsalud es la demora en el flujo de información entre el territorio y el Ministerio, comenta Carlos Agudelo, infectólogo y epidemiólogo.
Prueba de ello es lo que sucede en San José del Palmar, donde deben tomar la muestra y emprender una travesía para que llegue a Bogotá y sea procesada.
Leydi Jordán, funcionaria de vigilancia epidemiológica, relata que las muestras viajan desde el pueblo, pasan por Cartago (Valle), Pereira (Risaralda) y finalmente llegan a Quibdó, la capital del Chocó, desde donde son enviadas en avión hacia el Instituto Nacional de Salud (INS), lo que tarda por lo menos uno o dos días en el recorrido antes de ser procesadas.
Ahora, con el contagio confirmado, Jordán menciona que algunos de los contactos cercanos del positivo no quisieron acceder a la toma de muestras, principalmente “porque la gente está creyendo en la información falsa de las redes sociales, y como ninguno presentó síntomas, ignoraron la prueba”, agrega Jordán.
Esta realidad también se vivió en Murillo, donde al menos 5.000 personas viven a los pies del Volcán Nevado del Ruiz, a unos 2.950 metros de altura sobre el nivel del mar.
Juan Aguilar, auditor en la Secretaría de Salud, expresa que los dos casos se confirmaron el lunes. De estos, lograron rastrear 39 contactos estrechos, a quienes ya les realizaron la prueba.
“Con las medidas, como los puntos de desinfección y el registro de visitantes a las entradas del pueblo, mantuvimos el invicto varios meses”, comenta, con resignación, Aguilar.
Por su parte, Diana Muñoz, propietaria de la panadería Calienticos, ubicada en una esquina de la Calle del Comercio, califica como acertadas las medidas adoptadas en el municipio y menciona que, en general, la gente las ha respetado. Agrega que “con los casos registrados, se ha empezado a ver más solo el pueblo, quizás por temor”.
Murillo, según la Alcaldía, tiene un hospital con capacidad de atender urgencias y hospitalización, “pero para un caso grave de covid no tenemos ni una UCI. Y todos sabemos cómo está aumentado la ocupación de UCI, así que, como ciudadanos, debemos extremar las medidas”.
Estas mismas escenas se vivieron en Paime (Cundinamarca) y Güicán y Almeida (Boyacá), donde las autoridades lograron detectar el virus y, según señalan, reforzarán las medidas de autocuidado.
En Paime, Anyi Lorena González, jefa de prensa, explica que la covid llegó por un visitante, quien asistió a una pelea de gallos.
“Cuando la Policía fue a hacer el comparendo, dos uniformados se contagiaron, lo que generó que otro policía se enfermara” sin gravedad. Esto provocó que tuvieran que pedir apoyo de la Policía departamental para suplir esas vacantes durante el aislamiento.
Entretanto, en Güicán, Wilder Camilo Barón, secretario de Salud, relata que el caso se registró con un integrante de la Policía que se fue de permiso, estuvo en otra zona y cuando llegó reportó síntomas. Para él, lo que han aprendido de esta experiencia de la pandemia, que hasta el viernes provocó en el país 32.405 muertes y 1.127.733 contagios, es que “si no se enfrenta entre todos, el panorama se complica”.
Finalmente, en Almeida, ubicado a 152 kilómetros de Tunja, la capital, Lina Pérez, secretaria de Gobierno y directora de Salud, menciona que, de igual manera, el primer caso se confirmó esta semana, por lo que activaron la ruta de atención, que incluye el cerco epidemiológico para rastrear sus contactos estrechos y realizar las pruebas que correspondan.
“Creo que en el municipio, con los controles para entrar y la aceptación de la ciudadanía, se ha logrado reducir el riesgo de contagio, como lo hicimos durante estos casi ocho meses que pasamos sin casos”, agrega la funcionaria.
Ahora, la mayor enseñanza que plantea este panorama, tanto para ciudadanos como desde el punto de vista de salud pública, según resalta el epidemiólogo Agudelo, es que con “esta pandemia, creo que es imposible decir que algún lugar del país, que sea relativamente accesible, pueda estar blindado a la covid” y la tarea sigue estando en las manos de los ciudadanos, quienes deben cumplir con las medidas básicas de autocuidado.