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Alerta en Providencia y Santa Catalina por huracanes

Faltan cinco semanas para que arranque la temporada de huracanes y allí ronda la desazón.

  • En cinco semanas arranca la nueva temporada de huracanes y más del 50% de los isleños sigue sin techo alguno. FOTO: COLPRENSA
    En cinco semanas arranca la nueva temporada de huracanes y más del 50% de los isleños sigue sin techo alguno. FOTO: COLPRENSA
19 de abril de 2021
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Aproximadamente 17 tormentas tropicales y cerca de 8 huracanes –4 de estos entre las categorías 3 y 5– conformarán la temporada de huracanes en el océano Atlántico, mar Caribe y Golfo de México que arranca el próximo 1 de junio, según pronóstico de la Universidad Estatal de Colorado, Estados Unidos.

Así lo oficializó también el Ideam en su boletín del pasado 9 de abril, en el que además señala que este año se espera una temporada “que podría estar por encima de lo normal”. Por tal razón, entre las recomendaciones iniciales, el Ideam pidió a la comunidad “desarrollar acciones para asegurar debidamente los techos de las casas”, entre otras medidas a tomar respecto al arbolado, redes de energía eléctrica y navegación.

Agradeciendo la labor del Ideam para entregar información oportuna y continua, la pregunta común entre muchos habitantes de Providencia y Santa Catalina es ¿qué techos van a asegurar si ni siquiera existen casas?, tal como lo señala Amparo Pontón, habitante de Santa Catalina y vocera de la comunidad.

Y es que al incumplimiento del Gobierno de reconstruir Providencia en 100 días a partir del 1.° de enero, plazo que se cumplió el pasado 10 de abril, esta semana la gerente designada para atender la reconstrucción del archipiélago tras el paso del huracán Iota, Susana Correa, reconoció que tampoco cumplirán con la meta que ella misma anunció hace seis semanas de entregar 50 de las 1.134 viviendas nuevas y la totalidad de las 877 casas que requerían reconstrucción (techado, levantar muros faltantes, fachadas, restablecimiento de servicios).

La funcionaria le dijo el pasado 13 de abril a la emisora W Radio que la reparación de casas va en un 40% y esperan llegar a 500 completamente listas al finalizar abril, en tanto que tienen 24 viviendas nuevas “empezando su ejecución”. No obstante, habitantes de la isla le manifestaron a EL COLOMBIANO que salvo las dos casas modelos no hay ninguna casa próxima a ser terminada.

Lo que sí valoraron los isleños fue que Correa reconociera que la responsabilidad de no haber cumplido con los tiempos establecidos para la reconstrucción recae en el Gobierno y no en la comunidad, tal como ella lo expresó en entrevista con Caracol Radio hace unos días, cuando endilgó a los isleños las demoras por no haber aceptado la propuesta inicial de viviendas, decisión que se debió, según precisa el pastor Gordon May, a que esta propuesta “no cumplía con ninguna exigencia técnica antihuracanes y mucho menos con las características culturales para la salvaguarda del patrimonio, exigencias que el mismo presidente recalcó desde el principio”, indica el pastor.

Luego de una dilatada discusión, quedaron definidas cuatro tipologías de vivienda nueva para Providencia y Santa Catalina. Estas cuentan con las normas técnicas de resistencia a vientos máximos de 240 kilómetros por hora; y poseen en su interior una zona segura en concreto que sirve como resguardo ante eventuales tormentas y huracanes. Tienen entre 50 y 70 metros cuadrados, son sismoresistentes y emplean mecanismos de sostenibilidad, tales como páneles de energía solar.

En un balance socializado con la comunidad hace una semana, desde Findeter reconocieron que en las estimaciones iniciales para la reconstrucción no se contemplaron integralmente algunas características técnicas del territorio que ahora, en la marcha, ha ocasionado grandes desafíos.

Por ejemplo, el calado del muelle en Providencia tiene 4,5 metros lo que impide el ingreso de embarcaciones más grandes para el transporte de material que además es un 40 % más del estimado inicialmente. A partir de mayo se podría contar con un calado superior (aproximadamente de 6 metros) para agilizar el transporte de materiales y equipos.

Consensos y avances lentos

Como es evidente que la totalidad de las más de 2.000 familias damnificadas por Iota no podrán refugiarse en sus hogares cuando llegue la nueva temporada de huracanes, los esfuerzos de los isleños, que aún en un 50 % permanecen en carpas, es llegar a acuerdos con las autoridades buscando soluciones que les permitan resguardarse de lo que les espera dentro de 43 días (y quizá antes porque los pronósticos no descartan que se adelanten las tormentas).

“Un cierto alivio ha sido lograr que no tumben todas las cisternas, que era la intención de los funcionarios, pues fueron estas las que ayudaron a salvar vidas durante Iota”.

Pero más allá de esta solución coyuntural, Amparo Pontón expresa que la verdadera medida para mitigar riesgos y proteger la vida de los isleños mientras avanza la reconstrucción y edificación de viviendas, es construir refugios antihuracanes.

También, según expone el pastor Gordon, están a la espera de respuestas ante la propuesta de asignar recursos para reforzar estructuralmente las iglesias y otros espacios comunitarios –16 lugares en total– que sirvieron como refugio durante Iota y que incluso han servido de albergue durante estos cuatro meses para poco más de 300 personas.

El asunto, dice el pastor Gordon, es que por ahora la responsabilidad de estas adecuaciones le corresponden a la sociedad civil.

En reciente reunión con habitantes de Providencia y Santa Catalina, Susana Correa habló de la posibilidad de otorgar auxilios para arriendos y así quienes hoy están a la deriva tengan amparo durante la temporada de huracanes que se prolongará de junio a noviembre.

Nuevos inconvenientes

No obstante, según cuenta Pontón, hay una situación que hace compleja esta opción, y es que con la masiva llegada de personal los precios de los arriendos se han aumentado al punto de hacerse inaccesibles para los raizales. “Hoy las casas están siendo arrendadas a los de afuera por $1.500.000 y hasta $4.500.000, casas que normalmente se arrendaban en cerca de $500.000. Pregunto, ¿será que la Unidad Nacional de Gestión de Riesgos –UNGRD– está en capacidad de ayudarnos a pagar esos arriendos? Entonces, ¿qué va a pasar con nosotros?”, indaga.

Esta situación es apenas una de las tantas coyunturas surgidas por la llegada de personas fuera de Providencia y Santa Catalina para las labores de reconstrucción, que según isleños y cálculos del Gobierno, requerirá de hasta 1.000 personas.

“Providencia no tiene capacidad para albergar tanta gente. Durante años hemos trabajado para que ese delicado equilibrio no se trasgreda, por la presión que generan tantas personas en la demanda de recursos. La presencia foránea ha encarecido el costo de vida de los raizales y ya se han presentado impases a nivel de convivencia. Lo que más nos preocupa es que no exista un panorama claro respecto a cómo garantizará el Gobierno que las personas que lleguen a hacer sus labores regresen al continente y no se genere presión ni especulación por la tierra, eso sería devastador para el archipiélago”, asevera Josefina Huffington, presidenta de la veeduría cívica Old Providence.

En las últimas semanas hubo en Providencia dos incidentes viales que involucraron a vehículos oficiales por manejar a alta velocidad, ante lo cual los habitantes de la isla recordaron al personal foráneo que tradicionalmente allí se conduce a baja velocidad y que, particularmente en esta época, es obligatorio manejar prudentemente por la migración del cangrejo negro que colma las vías, un evento clave ambiental y socialmente en el archipiélago (ver Paréntesis).

Pendientes del plan

Frente a la preparación de las autoridades para la temporada que se avecina, el vicealmirante Juan Francisco Herrera Leal, Director General Marítimo –Dimar–, aseguró que la entidad “cuenta con un sistema de pronósticos y un equipo de trabajo altamente calificado, que monitorea permanentemente la formación, desarrollo y trayectoria de estos sistemas, que permiten emitir los comunicados especiales”.

Los habitantes de la zona insular destacan la capacidad de las autoridades para monitorear y entregar información, pero el clamor de los voceros de la comunidad es que precisamente se empleen esas previsiones para definir el plan de contingencia acorde a la situación actual de Providencia y Santa Catalina, en este plan piden que se planifique una eventual evacuación y se tome como referencia lo hecho en la isla de San Vicente donde evacuaron en cuestión de días a más de 20.000 personas de la zona roja alrededor del volcán La Soufriere que hizo erupción el pasado 9 de abril

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mesas de trabajo tiene actualmente el proceso de reconstrucción.

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