Evite realizar alguna de estas acciones cuando está en la sala, así la experiencia será agradable para todos.
Todos han tenido que sufrir las malas costumbres de quienes van a una sala de cine a entorpecer la experiencia de los demás.
Hay pecados que el público comete durante la película, que van más allá del sonido molesto del teléfono celular en el momento cumbre.
A continuación un recorrido por los siete pecados capitales que no se deben cometer cuando se va a cine.
En películas de acción, drama y hasta de terror hay padres que llevan a sus niños de brazos, “que empiezan a llorar en los momentos importantes de la película, que se asustan con la primera explosión y perturban la concentración”, opina la crítica de cine Paula Chaparro. Es mejor dejarlos al cuidado de los abuelos y llevarlos a filmes para su edad.
No falta la persona que empieza a criticar la historia y a los actores “que refunfuña de la misma o que fue obligado a ir por el novio o la novia y solo produce sonidos de desagrado”, explica la contadora Mary Agudelo, quien ha tenido que soportar aquellos grinch en las salas.
A la clásica llamada en medio de la película, pecado que todas las salas de cine recomiendan no cometer hasta con videos antes de la producción, se le suma la situación incontrolable de algunos por responder los mensajes en sus redes sociales: Whatsapp, Messenger de Facebook o la selfie para Instagram antes de la proyección.
Que entren cinco minutos después del comienzo molesta pero se tolera, si sobrepasan ese tiempo es falta de respeto. Más aún cuando el puesto de esas personas se ubica en el medio de la fila y tapan por momentos la pantalla. A eso se le agrega otro de los clásicos: “levantarse más de una vez al baño o a lo que sea, sobre todo quienes están sentados en el frente”, dice el cinéfilo y miembro del grupo de Facebook Punto Cine, Felipe Martínez.
En estos últimos años, cuando las producciones de superhéroes y videojuegos están a la orden del día, es fácil encontrarse en las salas con ese personaje que no soporta que el filme no sea fiel a la historia que leyó en el cómic o en la novela gráfica. No solo hace spoilers en la sala de cine sino que molesta con su pelea que no acaba.
Comer durante la cinta es algo común. Crispetas, chocolatinas, papitas fritas, entre otros alimentos. Sin embargo, no falta ese que come y el ejercicio de masticar se escucha en toda la sala, en especial en las escenas silenciosas donde es necesario concentrarse.
Para Óscar Montoya, crítico de cine y televisión, quienes van en grupo y crean la “recocha” en la sala irrespetan a todo el público. Un pecado que es común entre grupos de adolescentes y niños.
