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De Medellín a Japón: el periplo de Gustavo Vélez
El artista tiene su taller en El Poblado, pero desde sus inicios, su obra se ha expuesto en su mayoría en Asia.
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Las esculturas de Gustavo pueden medir más de 5 metros, como algunas de las que expondrá en Cartagena. FOTO cortesía -
09 de noviembre de 2015
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Las esculturas de Gustavo Vélez viajan en barco o avión y cruzan el océano. Se han expuesto más en Japón, Corea y Singapur que en Medellín, su ciudad, aunque son trabajadas en su estudio en El Poblado.
Su segunda muestra individual en Italia terminó en octubre, en el museo Marino Marini, donde sus mármoles, bronces y aceros fueron, dice él, “invitados a la casa del gran maestro”. Además estuvo en las ferias de arte Summa de Madrid y Kiaf en Seúl, y ahora se prepara para volver a Tokio el próximo año.
Gustavo es un artista internacional.
A veces parece que es más reconocido afuera que en su ciudad. ¿Lo cree?
“Ahora mis esfuerzos están concentrados en Colombia, pero no precisamente en Medellín. El 19 de diciembre se inaugura una muestra individual en la ciudad vieja y en el Museo de Arte Moderno de Cartagena. Son más de 40 esculturas, 12 de ellas monumentales que estarán en esta ciudad por tres meses.
Pensando en Medellín, todo llega a su debido tiempo. Mi proceso artístico antes de viajar a Italia comenzó en la Escuela Eladio Vélez y en Bellas Artes. Mi taller está en Medellín y me siento orgulloso de que así sea. No camino pensando en el reconocimiento y por esto no me detengo a mirar donde recibo más elogios o buenas críticas. Lo que si deseo es dejar un legado en mi ciudad”.
¿Por qué Oriente, donde ha expuesto varias veces, ha sido fundamental en su
carrera como artista?
“Inicié hace 10 años mi periplo por Asia. La puerta de entrada fue Japón, luego llegaron las oportunidades en China, Corea y Singapur. Todo comenzó en 2005 cuando fui invitado por una galería japonesa, con la que aún trabajo, para realizar una muestra conjunta con el escultor japonés Takashi Yukawa porque los dos habíamos sido formados en Pietrasanta. De hecho la muestra se tituló Incontro a Pietrasanta. Desde ese entonces participo en muestras y ferias año tras año. La última individual fue en Tokio en 2012 y ahora preparo una para 2016.
Algunas de mis obras están en espacios públicos de Utsunomiya, Tokio y Seúl”.
Estuvo en las ferias de arte Summa de Madrid y Kiaf en Seúl, ¿cómo le fue?
“En la feria Summa participé con obras en acero y bronce, representado por la galería LGM Arte Internacional. En Kiaf tuve obras en mármol y acero, con la galería Art of the World. Son dos mundos opuestos unidos por el arte.
El público cada vez es más exigente y los coleccionistas compran obras de artistas no solo con trayectoria sino con proyección. Sobre todo en Corea se toman el tiempo para investigar cuando de invertir en arte se trata”.
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