Por muchos años el jugo de remolacha fue el remedio favorito, casi obligado, de las mamás cuando los niños estaban enfermos, no comían bien, estaban pálidos o tenían anemia.
Paradójicamente, este vegetal de color rojizo, muy similar al de la sangre, no es una gran fuente de hierro por lo que sus beneficios para contrarrestar la anemia son casi nulos.
“En cambio es rico en nitratos alimentarios, que cuando se metabolizan en el cuerpo humano se convierten en óxido nítrico, que provoca un proceso de vasodilatación que permite reducir la presión arterial, algo equiparable a lo que logran los medicamentos hipertensivos”, comenta David Cardona, cocinero y docente de la Facultad de Ciencia de la Nutrición y los Alimentos del CES.
Explica el profesor que la remolacha hace varias décadas era una hortaliza muy común en la huertas de los pueblos antioqueños, desde el argot popular se posicionó como medicamento y luego se quedó en las casas, mezclada con zanahoria y naranja, como un jugo casero, una tradición que por un tiempo se perdió y que ahora se está recuperando “como una necesidad de regresar al origen, de conocer el producto local, de entender sus funcionalidades, tanto en la cocina como para el cuerpo”.
Estigma
Por su color y su sabor tierroso, la remolacha cargó por mucho tiempo un estigma que la alejó de la cocina, en especial de la carta de los restaurantes.
“En Colombia no estamos acostumbrados a los sabores tierrosos ni a las pigmentaciones que tienden a teñir los otros alimentos”, explica el nutricionista Mauricio Medina, del CES, al justificar cierto ostracismo en el que cayó la verdura.
Sobre el repunte que ha tenido en los últimos tres o cuatro años en la cocina y en la dieta de los colombianos, el periodista y crítico gastronómico Juan Pablo Tettay señala que han influido mucho los movimientos que buscan desestimular el consumo de carne.
“Es un ingrediente, igual a lo que sucede con la coliflor, que se asemeja a la carne y le da color a las preparaciones, es versátil, se puede comer crudo o cocido, es dulce, es salado y permite muchas combinaciones”, comenta Tettay.