<img height="1" width="1" style="display:none" src="https://www.facebook.com/tr?id=378526515676058&amp;ev=PageView&amp;noscript=1">
x
language COL arrow_drop_down

El marcapasos que le dio una nueva vida al gato Romeo

Especialistas de la salud humana y animal de la Universidad CES de Medellín implantaron el primer marcapasos en Colombia para un gato doméstico

  • En la imagen, un gato de la raza Maine Coon, la misma de Romeo, el gato al que se le hizo la intervención. FOTO Sstock
    En la imagen, un gato de la raza Maine Coon, la misma de Romeo, el gato al que se le hizo la intervención. FOTO Sstock
06 de febrero de 2020
bookmark

Romeo es un gato de raza Maine Coon, tiene 9 años y empezó a sufrir desmayos esporádicos que le indicaron a su familia, en Medellín, que algo estaba pasando.

Los felinos domésticos de la raza de Romeo pueden sufrir problemas del corazón, “son cardiomiopatías hipertróficas –explica el cirujano cardiovascular, Luis Andrés Vélez– por eso se han estudiado varios gatos de esta raza y se han llegado a ciertos diagnósticos”. Vélez opera humanos, ¿cómo sabe sobre el tema de los gatos? Él hace parte del equipo de salud humana y animal que operó a Romeo y le implantó un marcapasos, el primero que se le inserta a un felino en Colombia, según el Centro de Veterinaria y Zootecnia de la Universidad CES. El diagnóstico de Romero fue un “bloqueo auriculoventricular”.

Puede leer: Oftalmólogo, deme una cita para mi gato

La cardióloga veterinaria que participó en el caso fue la doctora María Adelaida Mejía, quien venía tratando a Romeo. “El estudio que tenía la doctora Mejía, de Romeo, antes de tantear lo del marcapasos era un estudio muy bueno, veíamos las imágenes ecocardiográficas y sabíamos cómo estaba el corazón. Se definió que ese bloqueo se debía resolver así”.

El cardiólogo Vélez explica que un amigo suyo lo contactó para contarle el caso, “el gato necesitaba, por su condición médica, un dispositivo para poderle ayudar a que no tuviera esos desmayos y ese dispositivo se llama: marcapasos”.

El trabajo para realizar la cirugía fue en conjunto, se reunió a varios profesionales que estudiaron el tema, “lo que se le puso fue un marcapasos epicárdico. Son unos dispositivos que se conectan en el corazón y van a una pila, un computador que controla el ritmo del corazón, la frecuencia cardiaca, y eso hace que la persona, en este caso el gato, no sufra desmayos y tampoco bloqueos en su corazón”.

¿Cómo hacer algo tan pequeño para un gato?

Fue todo un reto para el equipo. Detalla Vélez que ahora hay dispositivos que son pediátricos, que se pueden usar, pero lo primero era buscar la mejor forma, “si hacerlo a través de la vena o directamente en el corazón, y esta última fue la elección”.

Se usó una pila, la más pequeña que encontraron, y un cable especial, “los que se ubican directamente al corazón, digamos que eso tiene un tamaño estándar. Con Romeo nos acomodamos a lo que la industria tiene. En los humanos se pone a través de un cateterismo, que en este caso no aplicaba. Había que estudiar mucho y la literatura es poca en realidad porque en Colombia no se había puesto ningún marcapasos en un felino. Definimos en grupo que la mejor estrategia era ponerlo directamente, bajo anestesia general, abriendo el tórax del gato, llegar a su corazón y ponerle el marcapasos”.

En la intervención quirúrgica, que se realizó en la Clínica Veterinaria CES, participaron especialistas en salud humana como un anestesiólogo, dos cardiólogos electrofisiólogos (especializados en el ritmo del corazón) y el cirujano cardiovascular. Los especialistas en salud animal eran un cirujano veterinario con experiencia en felinos, un anestesiólogo veterinario y la cardióloga veterinaria.

Le puede interesar: ¡Fíjese! Su gato no solo le habla con el ronroneo

Profesionalmente hablando, intervenir un gato fue un desafío para el doctor Vélez. “Yo nunca había operado a un animal y me generó mucho compromiso por el cariño que la familia le tiene, y queríamos que fuera un crecimiento para todos. Esto va a ayudar a que de ahora en adelante varios animales puedan ser intervenidos y podamos hacer algo bueno por ellos”.

Vélez ha operado a bebés, está acostumbrado a ver un corazón pequeño, “pero no deja de ser impresionante entrar en un gato, la anatomía es diferente, el abordaje es distinto. Para todos fue una experiencia muy positiva”, precisó.

Romeo respondió muy bien a la operación, al posquirúrgico y a la recuperación, ya en su casa. “Yo hasta quedé en contacto con la familia y cada rato llamo a preguntar cómo está el gatico”.

El procedimiento lo hizo, reconoce, pensando en la salud del gato, no sabía que era la primera vez que se hacía en Colombia. “Fue cuando salimos del quirófano que alguien del CES me preguntó qué sentía ponerle el primer marcapasos a un gato en Colombia. La verdad es que todos estábamos concentrados en poderle ayudar al gato y a la familia. Entonces, eso, en ese momento pasó a un segundo plano”.

El cirujano cardiovascular considera que entre los profesionales de la salud humana y la salud animal se nutrieron de conocimiento: “Después de la cirugía de Romeo quedamos con varios casos para comentar entre todos, a ver si se les podía ayudar. Hay varios pendientes”, concluyó.

Le recomendamos: El gato salvaje más grande de América está en peligro

Te puede interesar

El empleo que busca está a un clic

Las más leídas

Te recomendamos

Utilidad para la vida

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD