Cuando Jorge Drexler estuvo de concierto en Medellín, en el Teatro Metropolitano, hace cuatro años, cruzó el espacio que separaba el escenario del público, y comenzó a atravesarse entre la gente mientras cantaba, a posar para las selfies que los asistentes querían con él y, en general, a crear histeria entre sus fans, quienes no creían tenerlo tan cerca.
Eso fue cuando presentó su álbum Bailar en la Cueva (2014), el trabajo antecesor de Salvavidas de hielo (2017) –el más reciente– que lo traerá de nuevo a la ciudad para presentar un espectáculo musical en el que interpretará las canciones más nuevas, y también las que lo han hecho conocer en el mundo y que todos quisieran cantar.
Antes de venir a Medellín, Drexler habló con EL COLOMBIANO sobre su nuevo álbum, y nos adelantó cómo será su presentación en el Teatro Metropolitano este próximo 6 de abril.
¿Cómo son sus procesos de composición, primero hace la letra y luego la música, o al revés? Cuéntenos.
“Ha cambiado un poco con el tiempo. Al principio de mi carrera surgía primero la música, encima de ella la melodía, y luego escribía la letra. Pero, por la mitad de mi carrera, en el año 2004, fue la primera vez que saqué dos canciones, del disco Eco, en las que había sido primero la letra; una de ellas fue Guitarra y vos, un ejercicio de métrica abierta, y la otra, Milonga del moro judío. Ahí empecé a experimentar con el texto primero, y me di cuenta que son diferentes de las que surgen con la música al comienzo. A partir de ese momento uso las dos maneras. Lo que no suelo hacer es crear un listado de temas porque escribo por asociación libre.
En este disco el proceso fue muy concreto, el de composición tardó un año y lo integré a mi vida cotidiana. Por ejemplo, encendía la radio y ponía algo al azar, a veces escuchaba dos palabras, lo apagaba y las usaba. Por ejemplo, un día escuché: en su último libro, basado en los movimientos migratorios, y apagué la radio, y surgió “las migraciones son fenómenos de movimiento” y de ahí nació la canción Movimiento”.
¿Cuál fue su búsqueda con este álbum? ¿Qué le interesaba transmitir con él?
“En todos los discos me planteo un desafío, hacer un disco desde el cuerpo, uno bailable, escribir pensando en que las canciones generen movimiento físico. En reto en este fue conseguirlo solo con guitarra, que las canciones fueran autónomas de la producción”.
Mencionó que este disco es un homenaje al arte trovaderesco, ¿cómo es la que usted hace?
“Creo que hay una confusión entre la trova y el arte trovaderesco. La primera está más ligada a la nueva canción cubana, que viene, sobre todo, de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. El arte trovaderesco es más genérico, del juglar del trovador del siglo X que recorre con sus canciones el mundo. Veo la trova como una de sus variantes”.
¿El amor es un hilo conductor entre los temas, o cuál cree que es?
“Movimiento no es sobre el amor, Salvavidas, sí; Telefonía, sí; Silencio no es exactamente una canción de amor; Asilo, sí; Estalactitas, sí; Mandato, no, Quimera, tampoco; hay menos de un 50 %. En el mundo hispano tendemos a ver todo con los ojos del amor. En mí caso que aparece en los discos es más abstracto, filial, a un amigo, a un lugar, al ser humano. Creo que hay más canciones preguntándose sobre el presente que las que hablan del amor. en México, que tiene una impronta romántica tan fuerte, es lo primero que ven”.
¿Qué siente que lograron aportarle su trabajo las colaboras del disco –Natalia Lafourcade, Julieta Venegas, Mon Laferte–?
“La verdad es que estas mujeres le dieron fuerza. Me gustan las mujeres fuertes, habrá que preguntarle a Freud qué quiere decir eso, pero siempre me han interesado las mujeres que tienen roles de fuerza, además de que las admiro. Mi mujer, por ejemplo, es actriz y cantante, y estoy acostumbrado a que tengan un rol primario en mi vida.
En el disco, el diseño gráfico fue hecho por una mujer, Movimiento está protagonizado por una mujer. Todas las que colaboraron en el álbum tienen mucha libertad y mucha energía, eso le dieron”.
Latinoamérica está pasando por un buen momento musical gracias a los ritmos urbanos. Muchos artistas se han pasado a ese género para estar vigentes. ¿Qué piensa de eso?
“Me parece algo positivo, es bueno cambiar y tratar de renovarse. Yo espero haberlo hecho bastante. No cambiar es morirse, estamos vivos cuando nos transformamos. Las razones por las que uno lo hace son otra cosa. A mí me interesa como una disciplina personal. Cuando uno cambia lo hace también la luz que incide en su propio prisma, y así se transforma la luz que das. Nunca he tenido la necesidad de cambiar para abrir un mercado, no hay nada peor que querer llegar lejos haciendo algo que no te gusta. Nadie se recupera de un éxito que se consigue con algo que no disfruta, pero sí se recupera alguien que fracasó haciendo lo que ama.
1
nomincación al Grammy ha tenido Drexler por su disco
Bailar en la Cueva.