En el podio de los clásicos del teatro estadounidense del siglo XX está Todos eran mis hijos (1947), de Arthur Miller. Se convirtió en un hito mundial por ser una denuncia contra las empresas armamentísticas en el contexto que le siguió a la Segunda Guerra Mundial.
Se llevó al cine dos veces, ha sido adaptada a la radio, a la televisión, y reestrenada varias veces en diferentes idiomas. La última fue la del Royal National Theater de Inglaterra, que se pudo ver a principios de este mes en salas de Cine Colombia.
Es una experiencia similar al programa The Metropolitan Opera Live, en la que las funciones son transmitidas en video de alta definición desde el Metropolitan Opera de Nueva York.
Como la de Miller, otras cuatro transmisiones se proyectarán en este año.
Un experimento
El proyecto National Theatre Live (NTL) comenzó en 2009 en 70 pantallas del mundo y ahora está en más de 2.500 de 65 países.
El formato permite que llegue a más público. La versión del clásico shakespeariano Hamlet, que interpreta el reconocido actor Benedict Cumberbatch (Sherlock, Dr. Strange. El código enigma), ha sido vista por más de medio millón de espectadores.
Lo que inicialmente fue un experimento terminó en una serie mundial. “No sabíamos si las transmisiones eran algo que la gente quería ver”, comentó a Forbes este mes Flo Buckeridge, productor del Royal National Theater.
Las obras en pantalla son experiencias diferentes para acercarse a un formato clásico, según la crítica Adela Donadío. “Es como si vieras montajes en cine sin ser cine, aprovechando su técnica”.
Como en las películas, la cámara permite varios ángulos y planos, además de un detrás de cámaras que complementa la historia. Adela explica que, en este sentido, el uso de la tecnología ayuda a que los contenidos sean más digeribles para el público.
Octavio Arbeláez, director del Festival Internacional de Teatro de Manizales, comenta que los programas de la NTL se ven en buena parte de Latinoamérica y el mundo. “Tienen una edición que respetan los elementos de las obras y el uso de las ventajas del cine”, explica.
Único
Ralph Fiennes y Sophie Okonedo interpretan a la pareja de Shakespeare en su tragedia de política, pasión y poder de Antony & Cleopatra.
Al margen de un imperio devastado por la guerra, la reina egipcia Cleopatra y Mark Antony se enamoran perdidamente, pero la devoción, el deber y la obsesión se convierten en armas para la guerra.
Este es el argumento de esta pieza teatral. Para Octavio, a pesar de las posibilidades de transmitir por pantalla, solo por el hecho de ver las obras y “descubrir el teatro”, vale la pena asistir para conocer estos trabajos.
La soprano Gisela Zivic, socia y fundadora de Prolírica, organización dedicada al montaje de obras líricas de ópera, zarzuelas y operetas, cree que son oportunidades únicas para conocer piezas de otras latitudes. Si no fuera por estas proyecciones no se podrían ver, aunque enfatiza que “la experiencia de ir a una puesta en escena en vivo y en directo sigue siendo mágica” .
10
años lleva el National Theatre Live. Hasta ahora se han hecho 80 transmisiones.